Johnny Pacheco
Pacheco, His Flute and Latin Jam
Fania, 1992. SLP 328
Grabado en NYC en 1965

Grabado en 1965, Pacheco dejó registrados en esta descarga, tal vez, sus mejores solos de flauta. La sesión estuvo constituida por el violín de Pupi Legarreta, que sonó muy bien en el tema Tinguaro, uno de los más logrados del disco. Chombo Silva puso el toque jazzístico en la pieza y en todo el disco –su saxo es uno de los mejores en estos menesteres, cuando une el jazz con lo latino–. Barry Rogers le imprimió malicia, esa gema que pulía en aquellos momentos con La Perfecta de Eddie Palmieri. De la trompeta solista se encargó Pedro Puchi Boulong –que aún sopla sabroso por ahí–. La otra trompeta la tocó el novel Bobby Valentín que para la época todavía no había subido la cúspide con su bajo y su orquesta. Los cueros los golpearon, veteranos como Patato Valdés en la conga, Orestes Vilató en las pailas y Ralph Marzán en el bongó.
Fue un disco grabado en el momento de definición de la salsa. Aquí se escucha una amalgama de sonidos que van desde la charanga, pasando el boogaloo y el jazz hasta la descarga, pero todos acoplados en un sabor propio y único. Éste toca su punto culminante con el viejo tema Así son boncó, donde la mezcolanza de sabores se dejó libre y abierta con uno solos irrepetibles de Pupi Legarreta en el violín y Barry Rogers haciendo lo que quiere con su trombón.
Indudablemente que este disco es un clásico de los inicios de esta música y anapapaya lo recomienda.
XS, a n a p a p a y a . c o m

Johnny Pacheco
Pacheco, His Flute and Latin Jam
Fania, 1992. SLP 328
Grabado en NYC en 1965

Producido por John S. Magac
Johnny Pacheco, director, flauta, voz
Lino Frías: piano
Bobby Rodríguez: bajo
Barry Rogers: trombón
Puchi Boulong: trompeta
Bobby Valentín: trompeta
José Chombo Silva: saxo
Pupi Legarreta: violín
Orestes Vilató: timbales
Patato Valdés: congas
Ralph Marzán: bongó
Osvaldo Chihuahua Martínez: güiro
Caíto Díaz: voz
Ed Leonardo: voz

Temas: Sugar Frost (Azucare); Tinguaro; Latin Gravy; Noche Buena; Yembere; Así son boncó