Juan Manuel Ceruto
A Puerto Padre. Tributo a Emiliano Salvador
Grabado en La Habana entre agosto y octubre de 2000


El tema Puerto Padre se ha transformado en un identificador del compositor y pianista Emiliano Salvador, sin embargo su obra es considerablemente más extensa. Su prematura muerte (a los 41 años, en 1992) dejó truncada una carrera que, pese a algunos inconvenientes burocráticos con las autoridades musicales cubanas, logró reflejarse en unos pocos discos imprescindibles para cualquier discoteca de jazz latino que se precie, entre los que se cuentan: Nueva Visión y Ayer y hoy publicados en 1979 y 1992 respectivamente. De esos dos discos, el arreglista y saxofonista Juan Manuel Ceruto toma la mayoría de los temas que recrea en A Puerto Padre, Tributo a Emiliano Salvador, el primer homenaje discográfico al pianista y compositor nativo de esa ciudad de Cuba.
"Según Chucho Valdés, Salvador es el mejor pianista cubano de su generación", dice Nat Chediak en su Diccionario de jazz latino. "Escuchando la transparencia de Una mañana de domingo o su barroco Capullito de alhelí, se entiende por qué los arquitectos del recuerdo crean un culto póstumo a su memoria. De haberle apreciado en vida, tal vez otro gallo hubiese cantado. Y Salvador todavía estaría haciendo maravillas entre nosotros".

Juan Manuel Ceruto es uno de los más solicitados arreglistas cubanos de la actualidad. Pertenece a la nueva generación de músicos que desde hace años destaca dentro de la isla y que su calidad apenas comienza a apreciarse en el exterior. Comenzó su carrera musical con Opus 13 para después ser miembro fundador de la orquesta de Paulito FG y su élite y ha sido uno de los arreglista por excelencia de la timba. Independientemente del valor que cada quien asigne al fenómeno timbero, los arreglos de Ceruto no pasan desapercibidos. Entre muchos otros destacan varios de los temas del último álbum de Issac Delgado, La Fórmula ("Malecón" en Cuba), y el hit de Paulito Tú no me calculas.
A Puerto Padre. Tributo a Emiliano Salvador es el segundo disco firmado por Juan Manuel Ceruto -el primero fue Gracias Formell un homenaje a Los Van Van, de 1998-, en el que deja de lado la timba para sumergirse en la más pura tradición del jazz cubano.

El CD abre con el tema Angélica, compuesto por Salvador para su hija -la misma que años después de su muerte descubriera en casa de su padre unas cintas de piano solo con las que, afortunadamente, se acaba de editar el disco Pianísimo, con interpretaciones inéditas del compositor-. "Angélica", incluida por Salvador en el disco Nueva Visión, toma con Ceruto un nuevo color. El sonido de la big band contrasta con el protagonismo de una guitarra eléctrica y de un vibráfono que, de alguna manera, recuerdan el uso del sintetizador, tan común a finales de los setenta, cuando la pieza fue editado por primera vez.
Le sigue el danzón Para luego es tarde, incluido por Salvador en Ayer y hoy donde Ceruto demuestra que la flauta no le es ajena revoloteando la pieza sobre el timbal de Pepe Espinoza.
El tercer tema es A Puerto Padre, presentado con el espíritu del tema original, pero con la gruesa textura de la big band. Juan Manuel Ceruto, en el folleto informativo del disco, dice: "Un clásico del jazz cubano que se ha convertido en culto de los intérpretes del género. La orquestación, a la usanza de las grandes bandas de jazz (big band) mantiene la línea melódica del tema original. El ambiente tímbrico y el contrapunto en la sección de metales en los compases finales, quiso recordar el estilo de la orquesta de Benny Moré". Originalmente soneado por Pablo Milanés, a esta versión le presta la voz Issac Delgado, que aparece en el montuno final -después de un enérgico solo de trombón de Juan Pablo Torres- citando, lógicamente, pero sin repetir, el feeling que el nuevatrovista le dio en la versión original. A lo largo de todo el disco, pero especialmente en esta pieza, Tony Pérez demuestra porqué está considerado como uno de los pianistas cubanos a tener en cuenta.

Otro gran pianista de la isla, Ernán López Nussa, hace una larga introducción para el tema Una mañana de domingo, publicada por Salvador en Ayer y hoy, recreando el original compuesto para piano solo y dando paso a la big band. La aproximación a los metales que Salvador lograba en sus discos, aquel sonido cortante que en momentos se apodera de la escena, desde donde resurge el piano, con brillantez, está perfectamente sugerida en este arreglo.
En Danza para cuatro, Ceruto dio cabida a sucesivos solos donde la banda demuestra lo que el tresero Pancho Amat declaró a esta redacción: "En Cuba hay muchos jazzeros, Ceruto y esos muchachos (de este disco) demuestran que ya maduraron, que son jazzistas".
Le sigue En una volanda actual. Sobre este tema Ceruto escribe "Es una de las contradanzas más bellas que he escuchado. Esta versión está basada en cuarteto de cuerdas que hace un giro hacia el formato de trío clásico de jazz: bajo, piano y batería". Nuevamente Ceruto sopla la flauta sin desesperación, apropiadamente, dejando a un lado los virtuosismos y parábolas innecesarias.

Salseando es uno de los temas más sabrosos del disco. Nunca grabado por Salvador, era, aparentemente, uno de sus favoritos en concierto. Difícilmente dejará al melómano indiferente. El montuno, desde donde se dispara un salsosísimo solo de trompeta de Miguel Valdés y Pérez da gala de maestría en el piano -que en pasajes recuerda a Eddie Palmieri en el violento, pero adecuado golpeteo de las teclas-. Y si quedaban dudas sobre el enfoque "bailable" de este arreglo, aparece, invitado en este tema, Tata Güines con sus congas, que las despeja rápidamente.
En Jazz Plaza le toca el turno a Chucho Valdés, que deja un solo tan interesante como se puede esperar, con velocidad, maestría y mucho, muchísimo, jazz. José Carlos Acosta con su tenor, al principio de la pieza, recuerda que el saxo se sabe soplar en Cuba, a la manera del mambo y a la manera del jazz.
Y por último, cierra el disco, una minimalista versión de Angélica, esta vez sin la big band, que permite al melómano pensar en cuánta música le faltó hacer a Salvador pero agradeciendo, al mismo tiempo, a la gente de la Puerto Padre Big Band y a Juan Manuel Ceruto haber puesto en evidencia la necesidad que había de reconocer tan importante obra y, además, haberlo hecho con buen gusto.

Este es uno de esos discos, difíciles de superar, pero que crean el compromiso de acercarse a su calidad y demuestra que el jazz cubano, todavía y sobre todo en este momento, tiene mucho que decir.
Pablo Larraguibel, a n a p a p a y a . c o m

Juan Manuel Ceruto
A Puerto Padre. Tributo a Emiliano Salvador
Grabado en La Habana entre agosto y octubre de 2000
Producido por Juan Manuel Ceruto y Edgardo Ramos Montes

Juan Manuel Ceruto: saxo tenor, flauta
Germán Velazco: saxo soprano
Jorge Luis Valdés Chicoy: guitarra eléctrica
Luis Barrera: vibráfono
Raúl Pineda: batería
Tony Pérez: piano
Roberto Riverón: bajo
Román Filiú: saxos alto y soprano
Henry Hernández: saxo barítono
Tomás Ramos: congas, percusión
Tomás El Panga Ramos: congas, percusión menor

José Pepe Espinosa: timbal y percusión menor
Jorge Luis Torres Papiosco: congas
Alexander Abreu: trompeta, fliscorno
Roberto García: fliscorno
Carmelo Andrés: trompeta
Carlos Betancourt: trompeta
Juan Pablo Torres: trombón
Issac Delgado: voz
Aramís Galindo: coro
Alexander Díaz: coro
Denis Martínez: coro
Ernán López-Nussa: piano
Miguel Valdés: trompeta
Carlos Pérez: trombón
Julio Padrón: trompeta
José Gerardo Marón Domínguez: viola
Elis Regina Ramos: cello
Carlos Álvarez: trombón
Amaury Pérez: trombón
Tata Güines: congas
Chucho Valdés: piano
José Carlos Acosta: saxo tenor
Alexander Brown: trompeta
Tomás Ramos: congas, percusión

Temas: Angélica; Para luego es tarde; A Puerto Padre; En una mañana de domingo; Danza para cuatro; En una volanta actual; Salseando; Jazz Plaza; Angélica (Bonus track)

Arreglos y producción musical de Juan Manuel Ceruto.
Este disco ganó el premio de Jazz latino y de Producción musical en Cubadisco 2001.