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Pancho
Amat Pablo Larraguibel |
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Pancho
Amat (Güira de Melena, Cuba, 1950), uno de los maestros actuales del
tres cubano, en una larga conversación, habla del porqué de
su música, de la relación con el bailador, con las raíces.
De su paso por Chile. De sus maestros, compañeros de trabajo y otros
músicos ("Miguelito Cuní, un maestro; Tata Güines,
la simpatía hecha maestría; Mongo Santamaría, el recuerdo
entrañable de una generación de la cual me nutrí por
primera vez; Santiago Auserón, me ayudó a reconocerme; si
el anonimato tuviera estatura, Lilí Martínez sería
el Everest..."). Su disco, De San Antonio a Maisí con El Cabildo del Son, editado en 2000, es un recorrido por buena parte de la música cubana, con una excelente presentación, tanto musical como gráfica. Pancho Amat y el productor español Paco Dueñas dejan en claro las razones que los motivaron a abordar este proyecto, qué pretendían, la pasión con la que lo llevaron a cabo y todo lo que rodeó esta interesante aventura musical. |
Música cubana en España |
Hasta ese momento no había ningún mostrador que pusiera "música cubana" en ninguna tienda de discos |
Paco Dueñas: Pancho Amat: |
Santiago Auserón es un músico español fundador del grupo Radio Futura. A principios de los años 90 hizo una importante investigación sobre la música cubana que se plasmó en una colección recopilatoria de música cubana (Semilla del son). Posteriormente editó un álbum de su autoría (Juan Perro, Raíces al viento) donde participa Pancho Amat. |
De San Antonio a Maisí |
Paco
Dueñas: Esta, De San Antonio a Maisí, es nuestra primera producción. Nosotros no teníamos ninguna experiencia. Y ¿por qué nos metimos en esto? Primero por deseo, esa fuerza que te lleva a hacer las cosas, como mágica, de meterte en un follón de estas características. Un poco por vanidad, meterte, participar en una propuesta que no conocíamos. Quienes nos conocíamos éramos las personas que participamos y creo que la propuesta se intuía y de alguna manera sabíamos lo que quería salir. Luego subyacen unos componentes más profundos. |
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Los invitados del disco |
Toca moderno, pero en los tumbaos es rancio antiguo. Lo que pasa es que este pianista tiene claro que hay que elaborar a partir de las raíces. Una vez que las raíces están claras, tú puedes darte cuenta de dónde está la modernidad |
Pancho Amat: Fernando Álvarez, que cantó con Benny Moré e incluso le hizo la segunda voz. Es un destacadísimo bolerista en Cuba. Accedió a venir a hacerle la segunda voz a William, nuestro cantante, en el bolero Mucho corazón. La idea era a través de él tocar a Benny Moré en el disco. También se trataba con esa canción de representar la relación de Cuba con el mundo, porque ese bolero son es de una mexicana. Tratamos, en una apretadísima síntesis, de dar muchos signos. Fernando Álvarez hizo en esta canción, la misma segunda que le hacía a Benny. Candito Zayas. Con él queríamos representar el elemento africano. Él es el cantante emblemático del Conjunto Folklórico Nacional. Él había hecho una película donde yo hice la música, se llamaba La Última rumba de Papá Montero. Yo hice la dirección musical. Candito me propuso este tema, Fanía. Silvio Rodríguez. Porque es mi generación. Yo quería que Silvio cantara una de sus canciones, sobre todo para que no se me quedara el repertorio en la primera mitad del Siglo XX. Ya teníamos canciones mías, pero yo tengo más peso artístico como instrumentista que como compositor y yo quería que apareciera ahí una canción que dijera "Silvio Rodríguez". Eso, además de imagen, da prestigio. Santiago Auserón. Quería tenerlo como cantante en Al vaivén de mi carreta, en una versión que debe bastante a la que salió en un single en España. William Baloy. Es hijo de Félix Baloy un emblemático sonero, tiene veinte y pico de años. Interpretó dos canciones. Alejandro Sequeda. También tiene un sexteto y cantó en mi primer disco. Con su voz aquel disco obtuvo el premio de la Crítica en Cuba. Yo quería que hubiera continuidad, en este disco. Interpreta Reclamo místico. Daniel Amat. Cuando empezamos
el proyecto no tenía guitarra, era el mismo repertorio que tú
oyes pero con piano. Es difícil hacer coincidir al tres con el
piano. Era un reto, pero teníamos unos cinco o seis temas y los
teníamos muy logrados. Por circunstancias, Daniel, el pianista,
no pudo seguir en el proyecto, así que obviamente, por gravedad,
cayó una guitarra, porque además, dónde conseguía
yo un pianista que tocara así. Con estos cantantes fuimos tratando de dar esa imagen de continuidad. Fuimos buscando la manera de que cada cosa fuera diferente para colorear el disco y fuimos tratando de quitarle un poco de responsabilidad a William Borrego porque era su primer disco. Así con estos invitados él estuvo más cómodo y sintió menos responsabilidad al no tener que cantar los doce temas. |
Algunos tracks |
Cuando invité a Silvio yo quería que él cantara una canción suya, pero Silvio quería cantar una de Matamoros practicamente desconocida, La cocainómana. |
FANÍA: Nunca había oído este tema. Fui a casa de Candito Zayas un sábado por la tarde. Ahí, él me dice "Oye esto. No conozco al autor pero es un viejo son que tocábamos ahí en el Conjunto Folklórico". Lo cantó, yo lo grabé y no tuve ninguna referencia para hacer el arreglo. Hay unos momentos donde se hacen unos acordes por cuarta. Que suenan muy modernos. Sólo fue ahí donde hice otra armonía. Para enlazar una cosa con la otra me fui y moví por tonos enteros unos acordes por cuarta. Que eso siempre suena viril . Esos acordes con cuarta y con quinta puestos ahí, está tomado no sólo del jazz, también Stravinsky lo usaba, es un recurso para endurecer. De ahí lo saqué. En el momento que fuimos más para atrás, a buscar algo que fuese bien negro, bien africano, es donde va más pa'lante la cosa. Que se siente más moderno. LA COCAINÓMANA: Cuando
invité a Silvio yo quería que él cantara una canción
suya, pero Silvio quería cantar una de Matamoros practicamente
desconocida, La cocainómana. Por supuesto cuando me la enseñó
le dije que sí, porque tiene mucho valor cultural desempolvar una
canción de Matamoros. Silvio me llamó cuando ya le había puesto la voz. Yo le dije "Oye, qué bonito... Bien". Él estaba con problemas de garganta, y me dijo: "Oye, Panchón, hay una parte donde se me sale una flemita". Le digo yo "No hombre, no importa, que para esta música me parece que está espontáneo, y está bien... Ya yo buscaré y te enmascaro la voz ahí". Y me dice. "No, no. Tú no me vas a dejar sólo ahí. Tú me le vas a hacer un segundo a eso". Yo no quería porque Silvio no será un cantante a lo Pavarotti, pero es una voz más que definida y decantada ante los oídos del público. Entonces tuve que hacerle segundo a aquello. Me costó muchísimo. Pero gracias al hecho que yo ya había trabajado con Silvio en discos, y de sentirlo muy cercano su sonido, probablemente por el hecho de haber empezado juntos, haberlo visto crecer, haberlo seguido... me hizo cambiar el plug. Había que hacerle el segundo a Silvio, no a un cantante de son. Creo que salió una versión muy curiosa. FLOR DE PANTANO: "Oye
Pancho, acaba de salir un disco de Serrat, el Tarrés, que
canta una canción que se titula Yo sé de una mujer, que
tiene la misma letra que Flor de pantano. Es la misma. ¿Cómo
la vamos a titular nosotros?", me llamó un día Paco
un poco alarmado. Me fui a la Sociedad de Autores y efectivamente aparece
registrada como Yo sé de una mujer. Fui a ver a un especialista,
un musicólogo que sabe mucho de cosas de trova. Me dijo: "La
canción, Yo sé de una mujer, fue hecha a dos manos.
Graciano Gómez hizo la música y Gonzalo Sánchez Galarraga
la letra". Sánchez Galarraga fue un hombre de letras de la
primera mitad del siglo XX, que escribió mucha poesía y
algunos autores del mundo de la trova de aquellos años le pusieron
música a algunas. Incluso Ernesto Lecuona musicalizó poesía
de él. Era un individuo amante de la trova y había un café
emblemático donde coincidían todos los trovadores, el Café
Vista Alegre. Sánchez Galarraga lo frecuentaba. No sólo
era un hombre de letras. Era abogado y tenía cierta solvencia económica
y él llegaba ahí y pagaba los tragos, porque disfrutaba
de aquel ambiente. |
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Post-producción |
Apostamos por una cuestión singular, que no estuviera dentro de los estereotipos del mercado, del sistema y dimos la información que a nosotros nos parecía adecuada. En la presentación gráfica tardamos más que en la grabación |
Paco: Pancho: Paco: Pancho: |
Los inicios: Chile y música cubana. |
Estuve más de seis meses
en Chile, en 1971, y tocamos música sudamericana, aprendí
los primeros criterios de cómo organizar un concierto, cómo
organizar el repertorio de un músico... Con Víctor Jara
fue con quien más trabajé. |
Música andina |
Cuando yo empecé en esto de la música tuve un maestro que me decía que componer una canción o hacer música con muchas notas era fácil. Lo difícil es hacer música con pocos elementos. |
Cuando empecé en esto de la música tuve un maestro que me decía que componer una canción o hacer música con muchas notas era fácil. Lo difícil es hacer música con pocos elementos. La música andina, la que se relaciona de alguna manera con Los Andes o con el norte de Argentina -las sambas- es básica; unos cuantos acordes. Sin embargo tienen una carga emotiva que para nosotros los cubanos resulta un poco difícil. Porque nosotros tenemos otro temperamento. Hacer esa música con autenticidad, verdaderamente simple, implicaba hacerla más emotiva, y ahí estaba el problema. A mí me resulta muy complejo ¿Cómo resolvíamos
en Manguaré ese tema? Usábamos ciertos recursos musicales
y de alguna manera especulábamos en torno a las raíces de
la música andina. Piensa, por ejemplo, en la Cantata Santa María
de Iquique. Íbamos a ese nivel de especulación, trabajábamos
las quenas con contrapunto... Introducíamos recursos instrumentales...
hacíamos duetos, metíamos un cello, un contrabajo. La Cantata
la hacíamos nosotros en Cuba, como la escribió el maestro
Luis Advis. Yo creo que es una obra maestra. Para mí fue muy valioso
el paso por Chile. Fue mi primera experiencia internacional y tuve la
suerte de conocer el mundo por una puerta donde, del lado de allá,
todos me recibieron con los brazos abiertos. |
La Nueva Trova y el tambor |
En la Nueva Trova sí había conga, pero a mí me daba la impresión de que se trataba de utilizarla de manera tal que no hiciera mover los pies. Siento que había gente que no le interesaba que el público al oírlos moviera los pies. Más aún, no le interesaba el segmento de gente que quería mover los pies |
Manguaré empezó en el 71 y duró hasta el 87 u 88. Fue un grupo que en sus inicios articulaba la canción cubana, el son y las de contenido social, con canciones que provenían de otras partes de Latinoamérica. Se difundió en Cuba la quena, el charango, el bombo legüero, el cuatro venezolano... A partir de los ochenta, Manguaré se acerca más a la música cubana por lo que fue desplazando a las otras influencias. Había otros grupos de la Nueva Trova que tenían otros matices. Unos se acercaban más al pop, otros a la canción política. Nosotros trabajábamos con mucha fuerza los elementos negroides. Hacíamos rumba, mucha percusión. Eso tipificaba el trabajo de Manguaré. Quizás, era la nueva trova más bailable. En la Nueva Trova sí había conga, pero a mí me daba la impresión de que se trataba de utilizarla de manera tal que no hiciera mover los pies. Siento que había gente que no le interesaba que el público al oírlos moviera los pies. Más aún, no le interesaba el segmento de gente que quería mover los pies. A Manguaré sí. Y en mi caso personal, sí. Incluso con este proyecto yo hago música que se nutre del son -hombre, si el son está bien tocado debe dar ganas de bailar- aunque si tú lo escuchas hay mucha cancionística, de manera que yo lo que me propongo son conciertos. Cuando en medio de un concierto, la gente está de pie y baila, yo no interpreto eso como una afrenta. Si la gente baila es que la cosa está buena. |
La psiquis del bailador |
Seis cuerdas, tres sonidos |
Lo mismo sucede con el tres, que empezó con el son y que sólo tiene tres sonidos -seis cuerdas repartidas dobles-. El son creció y entonces, quizá por el hecho de tener tantos ingredientes que lo conforman -étnicos si se quiere, de tantas regiones de África, algo de influencias de lo que entró por Haití, más la influencia ibérica- es quizá el género donde más equilibrado están todos sus ingredientes. El hecho de tener tantos le permite también ajustarse más a otros géneros e invadirlos, y, a la vez, permitir que otros sonidos se metan en él. Entonces, ha crecido de una manera se ha contaminado positivamente que ahora los que tocamos el tres con aquellas tres cuerditas nos vemos obligados a hacer crecer un instrumento que se concibió de una determinada manera y que si la cambias ya no es tres. Eso es un reto. |
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Música en blanco y negro (algo de historia) |
Era la sonoridad. Chapottín, Arsenio, el Conjunto Modelo, Estrellas de Chocolate, eran conjuntos de negros. Sonaban de esa manera. Por el otro lado, Casino de la Playa, Los Jóvenes del Cayo, y otras, eran conjuntos de blancos |
Durante los años cuarenta y cincuenta había -ahora estoy especulando porque me interesa el tema- discriminación racial en Cuba como para que los negros bailaran en un lado y los blancos en otro. Me acuerdo que cuando yo tenía siete años, mis padres me llevaron a una verbena donde sonaba una orquesta de charanga. Había una cerca que dividía el parque. A un lado los blancos y al otro lado los negros. Yo llegué a ver eso. Había conjuntos de negros y conjuntos de blancos. Unos se especializaban en tocar en bailes de negros y los otros con los blancos. Y a veces no tenía nada que ver con el color de la piel. Era la sonoridad. Chapottín, Arsenio, el Conjunto Modelo, Estrellas de Chocolate, eran conjuntos de negros. Sonaban de esa manera. Por el otro lado, Casino de la Playa, Los Jóvenes del Cayo, y otras, eran conjuntos de blancos. Pero curiosamente quien le hacía los arreglos a Casino era el Niño Rivera, que era negro, pero escribía como blanco. Así, la Sonora Matancera, que era un conjunto de negros sonaba como blanco; sonaba blandito. Sonaba blanquito, tú sabes. Tú oías a bandas como la de Benny Moré y te sonaba negro. Y había bandas, como la Riverside que te sonaban a blanco. La forma como se escribía, por la africanía que tuvieran, y eso dependía de dónde tocaran, a qué público se dirigían, sonaba de una u otra manera. Después, cuando se abolió eso y se tocaba para todo el mundo, esa diferenciación se perdió. |
Jazz cubano |
En Cuba ahora hay una corriente de jazz muy fuerte, pero yo diría que más que jazzistas hay jazzeros. Hay mucho muchacho que a la hora de improvisar van para arriba y para abajo echando notas pa' un lado y notas pa'l otro. A mí no me dice nada |
A mí lo que me cuesta
trabajo es identificar el jazz latino. Yo no lo veo por ningún
lado, salvo algunas cosas, como Paquito D'Rivera que de repente hace La
flor de la canela o toca una samba brasileña o un tango. Yo
creo que Paquito hace jazz latino, y así puede que haya algunos
otros, incluso Piazzola, pero todo lo que lleva "cum-baca chum-ba
pa-qui-tín pu pum", eso "pa-qui-tín pu pum",
es cubano. Hubo en Cuba un pianista emblemático desde el punto de vista del jazz, Felipe Dulzaides. Un pianista empírico. Era inconcebible cómo ese hombre conocía cabalmente el mundo del jazz. Con un grupo que tenía de gente muy joven, sonaba muy bien y lo hacía con un lenguaje cubano. Por allí pasó por ejemplo Changuito, Sergio Vitier... formó a mucha gente. A finales de los cincuenta se empieza a crear un movimiento en Cuba: las descargas. A ellos los unía la afinidad, la amistad. Cachao, Frank Emilio, Guillermo Barreto, Tata Güines, el Negro Vivar, El Niño Rivera, Richard Egües, Pérez, el saxofonista, Peruchín. Se hicieron algunos discos de aquellas experiencias. Lamentablemente muy pocos. Es una música con una cubanía tremenda y mucha musicalidad. Lamentablemente, después... En Cuba ahora hay una corriente de jazz muy fuerte, pero yo diría que más que jazzistas hay jazzeros. Hay mucho muchacho que a la hora de improvisar van para arriba y para abajo echando notas pa' un lado y notas pa'l otro. A mí no me dice nada. Por el contrario, aquella gente de las descargas articulaba de una manera muy lograda los elementos del jazz con la música cubana y dicho cada cual a su manera, en su propia voz. Había originalidad. Ahora, con suerte... Bueno, también hay que
tener en cuenta que los años hacen reflexionar a la gente. Muchos
de los que vi hace unos años que eran jazzeros, ya se están
transformando en jazzistas. Oí un disco hace poco, dos días
antes de salir para acá, un homenaje a Emiliano Salvador. Lo estaban
matizando. Los arreglos eran de Juan Manuel Ceruto, un muchacho flautista
y saxofonista. Tiene uno de Puerto Padre, con un nivel de madurez... Donde
los elementos cubanos están donde tienen que estar. Te das cuenta
de que aquello está hecho por un cubano. Si te digo lo contrario, que el exilio y el encuentro de culturas no es una vitamina para la música, niego lo que soy. Yo soy el hecho de la fusión de muchas culturas. La música cubana está tan viva precisamente por la cantidad de elementos tan grandes que la componen. Y el hecho de relacionarla todavía más con otras latitudes la enriquecerá más, además que la música cubana enriquecerá también otras. |
La bolita en la rama |
Salvo excepciones las bandas bailables están haciendo muchos refritos. Es decir, elaboran sobre algo que ya está elaborado. No sobre la raíz. | Salvo
excepciones las bandas bailables están haciendo muchos refritos.
Es decir, elaboran sobre algo que ya está elaborado. No sobre la
raíz. Y hay que elaborar desde la raíz para que se note en
qué rama pusiste la bolita del árbol de Navidad. Pero si no
se sabe de qué lugar salió la cosa, empiezo a poner bolas
por allí y por allá, y lo que se me forma es una locura. También hay quien se sube a pelear. Siento a veces como que se suben a apretar, son muchachos muy jóvenes, "ah, yo pongo más que tú" y entonces va a echar más nota pa'lante que el otro y entonces... Es que la música la conciben como para competir y no se dan cuenta que es para compartir. Yo lo veo como el refrito, con tantos ingredientes y simultáneamente tratan de ser protagonistas; no hay manera que tú puedas filtrar la información... Es que te está hablando cinco personas a la vez en lenguas distintas y no puedes entender lo que dicen. Cubanismo y Afro Cuban All Stars son una excepción. |
Salsa
- son. Palmieri |
Si
ves a Pacheco con Celia Cruz, eso es Cuba. Cuando tu oyes a Oscar D'León,
eso es Cuba. Palmieri es Nueva York. Hay un híbrido interesante |
Sí
tú dices salsa estamos de acuerdo porque la salsa es son. Hay matices.
Por ejemplo Willie Colón está más al extremo. Tú
te encuentras con una banda de salsa como la de Joe Arroyo, donde a todas
luces te das cuenta que es colombiana. Y siempre se le sale la costa por
algún lado. Pero si ves a Pacheco con Celia Cruz, eso es Cuba. Cuando
tu oyes a Oscar D'León, eso es Cuba. Palmieri es Nueva York. Hay
un híbrido interesante. Palmieri elabora a partir de elementos muy simples. Las grandes descargas de Palmieri son casi siempre sobre tumbaos de un solo acorde o de dos. Él va al montuno básico. Permite fácilmente darte cuenta de dónde está la elaboración. La raíces que utiliza Palmieri son elementales. Incluso tiene sus detractores. Hay pianistas que dicen "habría que ver a Palmieri tocar sobre una secuencia de acordes interesantes a ver qué hace". Yo digo que habría que ver al que toca sobre una secuencia de acordes "interesantes", qué hace ahí, con los dos acordes. |
Coda: Redescubriendo a Lilí Martínez |
Porque se habla mucho de Arsenio, de Chapottín... Pero el cerebro, a mi modo de ver fue Lilí Martínez. Arsenio fue una cosa antes de Lilí Martínez y otra después. Cuando entró Lilí, todo cambió |
¿Tú sabes cómo llega Lilí Martínez a la orquesta de Arsenio? Rubén González era el pianista de Arsenio y le proponen un contrato para irse unos años a Venezuela y se lo comenta a Arsenio. Arsenio se le tira al suelo porque Rubén es un tremendo pianista. "Yo me voy, pero el que va a venir pa' ca no te va a dejar espacio para que sufras. Te va a poner a gozar esto aquí. Es un tipo de Guantánamo". "¿Cómo me vas a traer un oriental pa'ca, ahora?. En Guantánamo no hay pianistas..." dice Arsenio. "Oye", le contesta Rubén, "Este oriental es el hombre". Así llegó Lilí Martínez a La Habana. Un pianista cubano del mundo
clásico, Frank Fernández, preparaba un tema instrumental
para relacionar lo clásico con el son. Hizo una composición
que tituló Son Guantánamo. Empezaba con una cadencia como
de concierto de Rachmaninov, mucha voluptuosidad, esos brillos del período
romántico o post romántico. Lentamente se iba conectando
con algunos esquemas del son hasta que devenía en un montuno tipo
Palmieri, de dos acordes. Él fue mi profesor y un día me
llama porque quería hacerme unas preguntas. Al otro día fuimos a casa de Frank con Lilí y llevamos una basesita de tumba y bajo. Resultado: nos echamos tres horas ahí. Una hora fue cómo Lilí le explicaba a Frank lo de las improvisaciones, y las otras dos horas, que fueron las primeras, fue Lilí preguntándole a Frank sobre cómo sorteaba ciertos problemas de digitación de algunos conciertos. Le decía Lilí: "Aquí en el concierto número 1 de Tchaikovsky hay una escala, que a mí me queda muy incómodo esto, ¿Qué es lo que pasa?" y Frank le dice: "¿Qué edición es la que tú tienes?". "La Pierce" le contesta Lilí. "Con razón", dice Frank, "Esos son unos comercialistas, chico, tú tienes que buscarte... " y le ponía su libro y así fueron resolviendo problemas. Es decir que Lilí tenía un conocimiento y una curiosidad musical impresionantes. No se perdía ni un concierto de la Sinfónica cuando había piano. Qué increíble
cómo ese hombre jugaba con el ritmo. Los números que él
hacía, la gracia, la simpatía, la fuerza de aquel conjunto.
Lilí intelectualizó la negritud del conjunto de Arsenio.
Él lo cogió y enalteció. Ahí humildemente,
detrás de su piano, pero cuando coges un disco de Chapottín
o Arsenio, después de que entró Lilí... Todos los
arreglos eran de Lilí. Y los números de esa época
eran casi todos escritos por él. Lilí era el director musical. Madrid, diciembre de 2000. |
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