Paquito D'Rivera
Mi vida bisaxual

Pablo Larraguibel

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Paquito D'Rivera difícilmente deja de poner alguna nota divertida en sus comentarios. Esta entrevista hay que leerla pensando en la sonrisa del saxofonista. Dice, en serio o en broma, que quiere escribir otro libro que se llame Mi vida bisaxual, para también honrar a su clarinete. Esta entrevista igualmente transcurre entre dos aguas: su saxo y su música por un lado y por otro su nueva faceta de escritor, donde no deja lugar a dudas de su posición política.

 
 

Cómo te sientes después de haber publicado Mi vida saxual, un libro donde expones claramente tu posición política.

Yo estoy feliz de haber publicado. Y ahora estoy preparando una novela que se llama En tus brazos morenos. Desde pequeño siempre me gustó escribir.
Este libro, Mi vida saxual, no es una autobiografía. Escribía las cosas que me iba acordando. Primero porque no me siento tan inflado como para hacer una autobiografía y segundo que para serlo debería tener mucho más rigor. Esto es un anecdotario. Ahora quiero escribir Mi vida bisaxual.

 
La gente idealizaba la figura del Ché Guevara. Era un tipo peligrosísimo. Era producto de lo que se había destacado: la guerrilla y todo lo que eso significa. No va a ser una paloma

En el libro tomas una clara posición política, que si bien era ya de dominio público, una cosa es que se conozca, en tu caso, por razones obvias, y otra es que se escriba. Tal vez hoy en día sea menos arriesgado que hace unos años, pero inevitablemente conlleva unos costos, como el caso de un columnista de música que al reseñar tu libro, independientemente el resto del contenido, no pudo evitar centrarse en la frase que dice "el Ché era un argentino de mierda".

Pero es que eso es lo que era. Hubo alguna gente en Cuba, cuando el barbudo empezó a hacer muchas estupideces, bueno, más estupideces, que lo que estamos acostumbrados, que decía que si el Ché estuviera aquí, esto no pasaría. No. Un músico amigo mío, que era del Partido Comunista y que había conocido los intríngulis del asunto, decía "el Ché es mucho más drástico que este hombre. Ese idealismo que hay sobre el Ché está creado no sé de dónde. El Ché es mucho más extremista que este hombre y manda a cualquiera al paredón mucho más rápido que Fidel, así que hay que dar gracias a que está éste y no el Ché". La gente idealizaba la figura del Ché Guevara. Era un tipo peligrosísimo. Era producto de lo que se había destacado: la La gente idealizaba la figura del Ché Guevara. Era un tipo peligrosísimo. Era producto de lo que se había destacado: la guerrilla y todo lo que eso significa. No va a ser una palomaguerrilla y todo lo que eso significa. No va a ser una paloma. Como Ho Chi Min, que también se le ha idealizado muchísimo. Era un tipo sumamente violento. Ellos han tratado de poner la imagen del tío con los niños.

 
 

En el libro, de alguna manera, intentas demostrar que tú siempre fuiste anticomunista. Eres muy reiterativo en eso.

Sí, porque yo traté de entender la cosa. No es arbitrario. Cuando mis padres se fueron en el año 1968 yo empecé a leer, porque para juzgar siempre hay que ver las dos partes. Y leí mucha literatura sobre el tema del socialismo y el comunismo. Mientras más leía menos me gustaba. No le veía ni pies ni cabeza al asunto.

 
Me tomaban por loco. Músico loco. Mucha gente, de ellos, me quería también. Mucha gente me tiró una toalla como decimos allá cuando te ayudan. Yo lo veo ahora en la distancia. Si yo leo el libro de Valladares antes, yo no hablo tanta mierda.

¿Y cómo lograste sobrevivir esa etapa?

Tuve muchos problemas que no fueron más graves no sé cómo. Yo me enteré de los horrores, lo que son capaces de hacer, ya fuera de Cuba. Probablemente si yo hubiera visto aquellos horrores cuando estaba en Cuba, hubiera entendido rápido que había que callar.
Me tomaban por loco. Músico loco. Mucha gente, de ellos, me quería también. Mucha gente me tiró una toalla como decimos allá cuando te ayudan. Yo lo veo ahora en la distancia. Si yo leo el libro de Valladares antes, yo no hablo tanta mierda. Yo me quedo calladito y no digo nada. ¿Tú sabes lo que tiene el libro ese? es que se repite constantemente. Toda la gente con que yo he hablado después, y otros libros de menor importancia que tratan del tema, hablan de casos similares, de la gente que murió, de los abusos, la gente que iba a golpear los presos. En La fiesta del Chivo si tú cambias algunos nombres, puedes recrear también el horror cubano, o de Checoslovaquia, o de Vietnam. Exactamente lo mismo. Y las dictaduras de derecha. La pones frente a un espejo y está a la izquierda. Es facilito.

 
 

¿Qué comentarios has escuchado acerca del libro?

Básicamente es un libro para divertir. Inclusive con gente que no tiene el mismo criterio político que yo, también me ha comentado que se ha reído.
Está escrito de una forma jazzística. Va para atrás y para adelante y a veces me pierdo, no sé como regresar. Eso me pasa tocando a veces. Que me pierdo, y cuesta reencontrar el tema principal.

 
Esa misma persona fue la que obligó a cambiarle el nombre a Fiebre, porque en Cuba todo el mundo tenía acceso a la medicina

Una de las anécdotas que más me impresionó del libro, no tanto por su dramatismo, sino porque es un detalle de cómo los regímenes totalitarios se pueden meter hasta en las cosas más insignificanteses aquella sobre el funcionario que sugiere que el tema "Fiebre" de Irakere, no podía salir publicado en el disco con ese nombre porque podía pensarse que el pueblo cubano era un pueblo enfermo y contrastaba con los esfuerzos que hacía la Revolución para llevar salud a todos los cubanos. Irakere cambió el nombre por "38 y medio".

Había un dúo de cantautores que se llamaba Juan y Junior que tenía una canción, Andurriña, que narraba la historia de una niña que sale a caminar por su pueblo y camina y camina hasta que se extravía. Prohibieron la canción porque el ministro del Instituto Cubano de la Radiodifusión consideraba que "cómo iba a perderse una niña. Que en Cuba no había desaparecidos", porque en Cuba las organizaciones de masas, de defensa, o las fuerzas armadas, encontraban a esa niña. En Cuba nadie podía perderse. Esa misma persona fue la que obligó a cambiarle el nombre a Fiebre, porque en Cuba todo el mundo tenía acceso a la medicina.
Y lo mismo con la Orquesta Cubana de Música Moderna, se llamaba así porque la palabra jazz estaba prohibida.

 
"Mira, en ese grupito, hay un montón de jazzófilos de esos, y eso que están haciendo ellos es jazz". Y entonces Chucho se levantó y nos defendió y yo le digo que "se indignó con esa verdad y empezó a mentir, negándolo"

¿En la música que hizo Irakere, más allá del nombre de los temas, hubo temor?

Hubo una pieza que nosotros grabamos que obviamente tenía muchos elementos de jazz como todo lo que hacíamos nosotros. Había un funcionario, director de la Egrem (el sello discográfico estatal), que se llamaba Medardo Montero, que nos acusó de jazzistas: "Mira, en ese grupito, hay un montón de jazzófilos de esos, y eso que están haciendo ellos es jazz". Y entonces Chucho se levantó y nos defendió y yo le digo que "se indignó con esa verdad y empezó a mentir, negándolo".
Pasa con todo. Los extranjeros pueden comprar carros, al menos en aquella época era así. Pero los cubanos no. Si quieres venderlo, siendo extranjero, no lo puedes hacer libremente. Debes revendérselo al gobierno. Un amigo, Trompetica, que tocaba con Irakere, es muy "carrófilo". Le encantan los carros. Logró la manera de que un italiano le diera en usufructo un Volkswagen. para poderlo tener, lo tuvo que envejecer. Ponerle guardafangos antiguos, parachoques de los viejos, para que no pareciera tan nuevo. Terminó siendo un engendro el carro ese. Él fue envejeciendo su carro para que no lo descubrieran.

 
 

Siempre me ha llamado la atención cierto chauvinismo cubano que niega los aportes de músicas distintas a la cubana al crisol de la música afrocaribeña. O que trata de descubrir el café con leche reafirmando que la música cubana es cubana.

Bueno. Gracias a muchos músicos puertorriqueños, se mantuvo la música cubana en el tapete por muchos años. Yo hablo de los hermanos González en el libro. Sin embargo creo que el desarrollo de cada música está en el país de origen. Fuera se pone un poco melancólica. Claro, eso también ayuda. Yo redescubrí la música cubana a orillas del Hudson.

 
Cuando llegué a Nueva York, no sólo descubrí la música cubana sino de toda Latinoamérica y de otras partes, pero principalmente del Brasil. Yo amo esa música.

Como Michel Camilo que dice que llegó a Nueva York haciendo bebop y poco tiempo después se sentía impulsado a tocar montunos.

Yo lo empujé un poco también. A utilizar más elementos caribeños. Él lo hacía pero como un poco asustado.Pero ahora, con eso, él ha hecho un estilo.
Pero a mí me pasó un poco también. A mí me dejó de gustar la música cubana por la imposición chauvinista, nacionalista del régimen (todas las dictaduras lo hacen, que "impulsan" lo nacional, y "hay que hacer esto porque es patriótico" etc.). Llegue a tenerle un odio a la música cubana del carajo. Un rechazo. Yo quería hacer bebop. Pero era un rechazo por asuntos políticos.
Los funcionarios del régimen querían apartar de Cuba todo lo que sonara "extranjerizante". Lo mismo que hizo Trujillo que puso el merengue en las salas de concierto. Estaba loco.
Hay un compositor argentino que se llama Gabriel Cenades, que me hizo una copia de un folleto que le regaló Tony Bennet, sobre un plan de Hitler para eliminar el jazz en Europa. También Milán Kundera habla de cómo el régimen comunista checoslovaco combatía el jazz. ¿Tú conoces un libro que se llama Red and Hot? Ahí el autor habla de lo que pasó con el jazz en la Unión Soviética. Es lo mismo que me pasó a mí en Cuba, con menos frío.
Pero cuando llegué a Nueva York, no sólo descubrí la música cubana sino de toda Latinoamérica y de otras partes, pero principalmente del Brasil. Yo amo esa música.

 
 

Casi siempre los músicos latinoamericanos que han llegado a Nueva York han logrado cosas ahí. Cosas buenas. Ha sido un encuentro fructífero el de los latinoamericanos con esa ciudad. A raíz de la nueva inmigración cubana, tal vez comenzando con Mariel en 1981, ¿Se ha repetido el fenómeno?

Sí. hubo un revival, que comenzó en un club que se llamaba Soundscape, el local que dirigía Verna Gillis -a esa mujer hay mucho que agradecerle y se habla poco de ella-. Ella lo puso ahí para que los músicos crearan cosas. Michel Camilo, Carlos Franzetti, los hermanos González, Hilton Ruiz, Jorge Dalto iban ahí. Hubo una toma dos de lo que hicieron Chico O'Farril, Mario Bauzá y esa gente en los cincuenta.
Ahí conocí yo a Claudio Roditi. La primera vez que tocamos juntos fue allí. También iban muchos norteamericanos

 
A estos le dicen "gusañeros" entre gusanos y compañeros

Y esta salida condicionada de algunos cubanos ahora. Han logrado pasar las fronteras de la "nomenklatura" músicos como Rubalcaba, u otros, han hecho cosas con gente de fuera...

Sí hay algunos flotando por ahí y parece que la cosa se ha suavizado un poco. A estos le dicen "gusañeros" entre gusanos y compañeros. Sí, algo se ha hecho. Algunos acercamientos. Es una situación flotante. Por ejemplo hay quien tiene que regresar ahora a hacer el servicio militar. Yo me pregunto por qué no dan el paso y se quedan. Pero hay que entender. No se puede exigir en la vida ni amor ni valentía.

 
 

En algún momento y por la causa que sea, habrá una apertura definitiva del régimen. Qué esperas, musicalmente hablando, de eso.

Pienso que ese encuentro puede significar cosas buenas. La musicalidad cubana puede ganar mucho. Y el resto de las artes.

 
Los músicos están empezando a hacer más lo que quieren. Como que el control absoluto que había se ha perdido en la medida que a la gente tiene que ver cómo comer

A raíz de que la música se ha transformado en una buena fuente de ingresos para Cuba, se ha incentivado la creación y han salido grupos como el Afro Cuban All Stars...

Sí, es bueno lo que están haciendo. También Cubanismo. Yo los vi a ellos en... Andan en una onda retro. Música tradicional.
Los músicos están empezando a hacer más lo que quieren. Como que el control absoluto que había se ha perdido en la medida que a la gente tiene que ver cómo comer.
Subsisten mecanismos de mentira. Mentira para poder sobrevivir y lograr, finalmente, hacer, más o menos lo que querías. Si tú le preguntas a un cubano algo, determinar qué es cierto de lo que dijo y qué es mentira, de acuerdo a lo que le convenía decir o no, no es un ejercicio fácil.

 
 

Ves algún paralelismo entre la timba cubana y la salsa erótica del resto del caribe.

"Caminando sobre tu piel desnuda los sudores de los surcos de tu cuerpo..." es terrible. Hay de todo un poco. Carlos Alberto Montaner habla en un libro que las muchachitas humildes imitaban, en la medida de sus posibilidades, a las niñas ricas. Las modistas, las que sabían coser, podían hacerse un traje. Ahora el modelo a imitar, las que tienen dinero, son la jineteras, que son las que pueden vivir mejor. Eso también se refleja en la música. Sin embargo hay también algunas cosas de calidad en la timba.

 
Seguiré como invitado, Bailo, me divierto y después me voy

Aunque has hecho música bailable, nunca ha sido bajo tu firma. Lo has hecho con Irakere, Cachao, participaste en el disco de Puente y Palmieri...

Yo no tengo talento para eso. Para organizar un repertorio de música bailable. Es un género aparte. Seguiré como invitado, Bailo, me divierto y después me voy. Para tener una orquesta bailable hay que tener un buen cantante, un buen repertorio... Ya lo hice con Irakere, mucho, pero nunca me gustó. Lo hacía bajo protesta. Esto no quiere decir que no me guste la música popular, pero como trabajo no me interesa.

 
 

Como asunto personal, quiero preguntarte acerca de tu composición Chucho. Esa pieza ya se está transformando en un standard, al menos tuyo. Yo la escuché por primera vez en el Teatro Municipal en Caracas y me agradó mucho. Pero la versión que más me gusta es la que hiciste con la orquesta de Bauzá en el disco The Legendary Mambo King de 1991.

Esa pieza la compuse en Canadá en 1981 mientras estábamos grabando un programa de televisión. A mí me gustaba mucho una pieza de Chucho que se llama Mambo influenciado. Yo estaba acabado de salir de Cuba. Y necesitaba un mambito así. Y lo que hice fue reescribir toda la melodía sobre la armonía de Mambo influenciado. Y como tenía cargo de conciencia se la dediqué a él y le puse su nombre. Esa es la historia de esa pieza.