En una nota firmada por Lucía Navarro, en la revista Rolling Stone, edición española de septiembre de 2001, se anuncia el lanzamiento del primer disco de Pepesito Reyes. En principio esperado para septiembre, tiene ahora fecha de salida el 15 de octubre. El que por muchos años fuera pianista de Fajardo lo rescata del olvido, gracias a gestión de Eliades Ochoa, la discográfica Virgin. Lucia Navarro escribe:

Es uno de los grandes pianistas cubanos. (...) Ha tocado con Benny Moré, Tito Puente o Duke Ellington. Fue amigo de Nat King Cole. Y sin embargo, para muchos es un gran desconocido. (...) Pepesito podría convertirse en la nueva sensación de la música cubana nada menos que con 84 añitos y con un álbum de debut que se publica este mes. (...) Un disco que invita al baile y al disfrute, y que viene a confirmar que todavía quedan joyas de la música cubana por descubrir.

 
 

La revista Jazziz de septiembre de 2001 dedica una página a la reseña del "disco más destacado del mes" en su sección Auditions. Larry Blumenfeld, uno de los editores de la prestigiosa revista, escribe:

(...) El álbum profundiza la relación de Haden con Rubalcaba, con quien tocó por primera vez hace 15 años. Desde ese tiempo hasta ahora, Rubalcaba se ha establecido como uno de los pianistas más elegantes en los dos idiomas, cubano y americano (...). Las tres piezas originales y los ocho clásicos cubanos y mexicanos del disco Nocturne han sido arreglados de manera muy pensada como un bouquet de orquídeas. (...) El baterista Ignacio Berroa mantiene con las escobillas un buen trabajo de tiempo añadiendo toques de bongó o maracas, sin, nunca, pecar de excesivo.

Fondo de Cultura Económica acaba de editar en español el libro ¡Caliente! Una historia del jazz latino, del escritor belga Luc Delannoy. El libro, que ha sido editado en México con gran resonancia en los medios impresos, recorre hechos y anécdotas de la génesis y el desarrollo del encuentro entre los ritmos caribeños y el jazz norteamericano. Victoriano López, periodista de El Financiero, de México, (21/09/01) escribe:

(...) Este libro reconfirma, precisamente, la importancia de África en la conformación de los pueblos y culturas del continente americano, y de éstos en el desarrollo del jazz latino. Cubanos, puertorriqueños, mexicanos, panameños, argentinos, colombianos, estadounidenses y otros son los actores de esta historia.
Delannoy establece, sin titubeos, que el jazz "es una verdadera sociedad de naciones", y los ritmos afrocubanos y latinos integrados al género lo confirman.
Arturo Chico O'Farrill, dice el escritor, llevó a la cúspide al Latin jazz con The Afro-Cuban Jazz Suite I, "la primera suite de cubop concebida en 1945, retrabajada en 1948 y 1950".
(...) El virtuoso Dizzy Gillespie salió ganando cuando O'Farrill compuso -con base en el tema de Chano Pozo- Manteca Suite, cuya autoría todavía le es negada a Chico.
(...) El texto está muy lejos de dar doctas explicaciones sobre el acontecer de los músicos que han edificado el jazz latino; simplemente explica su historia a partir de la aproximación del autor con los artistas, pues pocos son los intelectuales que han intimado con estos creadores; (...)
En la industria que se alimenta de este arte los que menos ganan son ellos, quienes componen, arreglan, interpretan y dejan listos para el mercado productos que enriquecen a empresarios, representantes, líderes sindicales, gobiernos. De esta explotación, también da cuenta ¡Caliente!...

 
 

También en El Universal, de México (19/09/01), Salvador Franco Reyes, en una nota titulada Luc Delannoy, al rescate de los jazzistas latinos reseña ¡Caliente! Una historia del jazz latino:

El escritor belga Luc Delannoy considera al jazz como un género que refleja la rebeldía y que demuestra la resistencia de los pueblos.
"El jazz permite que la diversidad subsista, lo que a la postre permite una evolución", comentó.
(...) Respecto al "boom" que en los últimos años han tenido los artistas latinos, comentó que su influencia está cambiando el panorama de la música mundial, "porque están orgullosos de sus raíces, en las cuales convergen una serie de culturas muy ricas, que se difunden mediante sus melodías".
(...) "Para este libro tenía dos opciones, meterme a una biblioteca e investigar o viajar y hacer entrevistas para conseguir el material y al final opté por la segunda opción."
(...) "Lo actualizo cada 15 días, de hecho la edición del Fondo de Cultura Económica es una versión aumentada del que publiqué en Francia hace un año", añadió.
(...) Consideró que los jazzistas son poco valorados, por lo que se ven "en la necesidad de trabajar en otras agrupaciones". "Esto beneficia a la música en algunos aspectos, porque grandes instrumentistas logran influir en géneros como la salsa o en la música de variedad", expresó el belga.

 

Uno más uno, diario de México, también publica en su edición del 15 de Septiembre de 2001 una reseña sobre la presentación de ¡Caliente! Una historia del jazz latino:

Siempre se habla de músicos negros estadounidenses o europeos, pero nunca se habla del papel que, por ejemplo, los mexicanos, puertorriqueños o cubanos tienen en la génesis de esta música. Si nos ponemos a analizar la música de la segunda mitad del siglo XIX encontraremos que ahí están las bases del jazz, donde algunos elementos latinos son importantes. Por ejemplo, las orquestas de danzón, las danzoneras cubanas, a principios del siglo XX tenían el mismo formato que las orquestas de dixieland en Nueva Orleans, al sur de Estados Unidos. Entendían la misma manera de improvisar, desarrollaban la misma instrumentación. De la misma forma, cuando se habla de ragtime, pocas veces es cuando se menciona a algún pianista cubano, como Ignacio Cervantes, pianista clásico entre comillas del siglo XIX, que en su forma de tocar ya se escuchaban algunos de los elementos que formarían más tarde el ragtime. Todo esto he tratado de presentarlo en esta investigación, con la intención de demostrar que desde el principio del jazz los elementos hispanos son muy fuertes.
(...) Delannoy explica que para él la aportación fundamental de la música latina al jazz es la rítmica, pues la riqueza musical de América Latina está en toda su gran cantidad de ritmos distintos: afropuertorriqueños, afrocubanos, afroamericanos, afroperuanos, etcétera.
Cada cultura musical se define por su ritmo y su concepto del espacio. Las músicas latinas, por su parte, se enriquecen por las armonías del jazz, lo que provoca una combinación perfecta. El jazz latino ha sido mencionado en distintos libros simplemente como si se tratara de un adorno. Pero desde luego hay músicos latinos que tienen la misma importancia de un Miles Davis o Louis Armstrong, como lo son Mario Bauzá, Machito y Chico O'Farrill, que creo es el genio del siglo XX en el jazz latino.
(...) Luc Delannoy es escritor, poeta, argumentista, autor de ocho libros que analizan, desde diversas perspectivas, el jazz en todas sus acepciones. En 1993 obtuvo el premio de la American Society of Authors, Composers and Publishers, por excelencia en Periodismo Cultural. Delannoy recomienda profundizar en el estudio de los ritmos latinos y asevera que su obra es "tan sólo la puerta de entrada a los investigadores que vienen detrás de mi"

 
 

En Crónica, otro diario mexicano, Christian Obregón, el 14 de septiembre, publica una interesante entrevista con Luc Delannoy, el autor de ¡Caliente! Una historia del jazz latino:

(...) Creo que nadie tiene una verdadera historia del jazz. En todo este tiempo se han manejado varias verdades; lo que hago es restablecer los datos históricos que siempre se han descuidado, por ejemplo el papel fundamental de los músicos hispanos en la génesis del jazz latinoamericano. Caliente, no es "la" historia del Latin jazz, es sólo una aproximación a las raíces del movimiento musical.
(...) -¿Dónde encontrar, entonces, los datos fidedignos?
-En los testimonios de los músicos, gracias a ellos ha sido posible esta investigación. Algunos de estos intérpretes, por ser de edad avanzada, han dejado de tocar jazz, pero nunca dejarán de hablarlo, la información que ellos puedan dar es mejor que la contenida en cualquier libro de historia musical.
-¿Cuáles han sido los resultados de la divulgación masiva del jazz?
-Cuando el jazz empezó a tocarse en los teatros del centro de Manhattan, en el centro de Nueva York, fue una locura, todas las comunidades que formaban Nueva York se juntaban para bailar, independientemente de la religión, raza o condición social que se profesara. Se descubrió que este género podía unificar a las comunidades. Con el jazz latino se permitió a los músicos de América Latina rescatar sus raíces musicales; desde entonces hay un sentido de pertenecer a una comunidad cultural que no había antes.
(...) Durante la década de los sesenta, unos elementos del gobierno de Castro consideraron que [el jazz] era una música imperialista o mejor dicho que algunos instrumentos tenían sonidos que recordaban a Estados Unidos, como los platillos por ejemplo, y lo prohibieron. Más que una política prohibitiva, el gobierno cubano quería ofrecer una imagen limpia de la música de la Habana, trataron de blanquear la música, por ello lo popular les estorbaba. Una tesis que sostengo es que no puede haber imperialismo en la música, ni mucho menos intereses por derrocar a un gobierno; lo que puede ser imperialista es el uso que se le dé, entonces el problema es más bien filosófico; las dualidades que se han creado son simplemente absurdas.
(...) Ahora, como siempre, considero al jazz como una música de resistencia; hoy en día la esclavitud se vive de manera diferente a la que padecieron los habitantes africanos. El jazz seguirá existiendo mientras haya motivo de rebelión para el ser humano. Durante muchos años se anunció la muerte del jazz; éste no va a morir hasta el día en que el ser humano renuncie a ser humano. A pesar de la globalización, o gracias a ella, las comunidades culturales del mundo se van a mantener más vivas, se mantendrán en resistencia. La diversificación intelectual que ha producido el jazz es impresionante y sumamente importante porque en la diversidad está la riqueza, el día que todo el mundo piense lo mismo estaremos fregados; no habría diálogo.

 

A la música caribeña le sienta bien la globalización. De otro modo es difícil entender las fronteras que ha cruzado para ser escuchada, hoy en día, por doquier. Chile ha sido un país que poco a poco ha ido abriendo sus espacios para el disfrute de la música caribeña, entendiendo que no todo lo bailable que suene a caribe es cumbia. En El Mercurio, el 24 de septiembre, Gabriela Bade escribe una nota sobre Editus a propósito de una próxima presentación del grupo costarricense en Santiago:

(...) Editus vendrá a Santiago para dar un concierto - el 5 de octubre - junto al grupo Congreso en el Teatro Oriente. Será para ellos una especie de redebut, al lado de una banda con la que se sienten muy identificados.
Tanto así que Pancho Sazo, vocalista de Congreso, cantará en el próximo disco de Editus. Y Ramírez tocará el violín en el álbum que en estos días termina de grabar el grupo chileno.
A pesar de que llevan trabajando poco más de una década como banda, Editus llega avalado principalmente por su trabajo -en vivo y en disco- junto a Rubén Blades. "A nosotros también nos sorprende estar con él", señala sonriente Ramírez.
Y agrega: "En una época, como todos los grupos de Costa Rica, cuando viajábamos, llevábamos nuestros discos en el maletín. En Panamá tuvimos la suerte de conocer al dueño de un bar a quien le regalamos uno, y que resultó ser amigo de un amigo de Rubén Blades. Lo increíble es que él llamó a mi casa y dejó un mensaje, pero yo pensé que era una broma de algún amigo y no devolví la llamada. Después me mandaron un reportaje de The New York Times, donde él hablaba de Editus. Sólo en ese momento me
terminé de convencer que era cierto".

 
 

Maurico Hammer, del diario Reforma (17/09/01) a propósito de una presentación del trombonista Steve Turre en México, resume la vida de este activo músico de San Francisco:

(...) Criado en el área de San Francisco, siempre expuesto a una rica diversidad cultural, Steve consideró algún tiempo el violín o el bajo, pero ya en la banda escolar optó por el difícil trombón y más tarde encontró en las conchas y los caracoles marinos otro medio de expresión musical.
En la Universidad Estatal de Sacramento se unió al conjunto de salsa de los Hermanos Escobedo y desde entonces comenzó también su asociación con ese género musical.
En 1972 Ray Charles dio a Steve un decidido empujón cuando lo contrató para una gira, y en el 73 se integra, por invitación de Woody Shaw, a la banda Art Blakey's Jazz Messangers. Vienen luego colaboraciones con gente tan importante como Dizzy Gillespie, McCoy Tyner, Herbie Hancock, Lester Bowie, Tito Puente, Mongo Santamaría, Van Morrison, Pharoah Sanders, Horace Silver y, muy especialmente, Rahsaan Roland Kirk, quien inició a Turre en el arte de las conchas marinas.
Desde hace quince años, Turre colabora en la banda de Saturday Night Live!
Dirige además varios grupos, como su Sanctified Shells, que suple la sección de metales con un "coro de conchas". En su disco Lotus Flower, su sexteto con cuerdas explora muchas piezas clásicas y composiciones originales arregladas para incluir trombón, conchas marinas, violín, violoncello, piano, bajo y batería. Con su cuarteto o su quinteto, Steve se apega más al jazz, como In the Spur of the Moment, disco en que aparece armado de tres cuartetos diferentes, y cada uno de ellos con un pianista distinto: Ray Charles, Chucho Valdés y Stephen Scott.
El disco Turre, que incluye en los créditos a Cassandra Wilson, Randy Brecker y J.J. Johnson, toma elementos del jazz, así como de fuentes afrocubanas y brasileñas. De tiempos anteriores son Right There, Rhythm Within y Sanctified Shells, con actuaciones de Herbie Hancock, Jon Fadis y Pharoa Sanders.

El 8 de septiembre pasado el Nueva York latino celebró en el Madison Square Garden el trigésimo aniversario del concierto de las Fania All Stars en el Cheetah que marcó un gran punto de inflexión en la historia de la música latina en esa ciudad y todo el Caribe. Sobre el concierto celebración -que abrió el Gran Combo de Puerto Rico y le siguió la banda de estrellas que incluía a Ray Barreto, Cheo Feliciano, Larry Harlow, Papo Lucca, Bobby Valentín, Roberto Roena, Ismael Quintana, Héctor Casanova, Junior González, Yomo Toro, Adalberto Santiago, Nicky Marrero, Héctor Zarzuela, Pupi Lagarretta, Leopoldo Pineda, Luis Kahn, Juancito Torres y Eddie Montalvo- Jon Pareles, de The New York Times (11/09/01) escribe en un artículo titulado Donde estilos, generaciones y política se encuentran felizmente:

El orgullo puertorriqueño y la innovación de la ciudad de Nueva York se encontraron en (...) el Madison Square Garden el pasado sábado.
El concierto, que también apareció como un rally político, con apariciones de los candidatos a alcalde (Fernando Ferrer) y al City Council (Felipe Luciano) y la actuación de Willie Colón, el único candidato a Defensor del Pueblo que canta, toca trombón y ha transformado la música caribeña durante décadas.
El concierto estuvo dedicado al 30 aniversario del concierto de Fania All Stars en el Cheetah
(...) La versión de la música latina de esta agrupación -construida sobre una base afro-cubana, ejecutada mayormente por músicos puertorriqueños y neoyorquinos, añadiendo ideas de jazz, soul y rock- hicieron su camino desde las jam sessions de Manhattan a los escenarios de todo el mudo. El grupo y el sello Fania también pusieron el término "salsa" en circulación como categoría en todas las clasificaciones de la música caribeña bailable.
El show del sábado tuvo mucho de nostalgia ahora que el Latin pop, merengue y el hip hop, han peleado la denominación de salsa (inclusive, la categoría salsa comienza a ser sustituida por el nuevo término "Tropical")
Las pantallas de vídeo mostraban partes de la película Our Latin Thing, el pianista Larry Harlow hizo su entrada vestido a la usanza de los setenta (...) El cantante Adalberto Santiago, Acompañó a Willie Colón cantando el tema "El Gran Varón," (...) Yomo Toro, tocaba el cuatro (...) El pianista Richie Ray y el cantante Bobby Cruz le dieron vuelta a la banda para meterse con canciones que fusionan la salsa con el soul y el merengue. Rubén Blades cantó su (...) "Pedro Navaja,"(...). Y con Cheo Feliciano, la All- Stars viró hacia el danzón, con su líder, Johnny Pacheco, en los solos de flauta.
(...) Ray Barreto en las congas y Nicky Marrero en los timbales centelleaban en la sección rítmica mientras los dos principales pianistas, Larry Harlow y Papo Lucca (celebrado por el cantante Ismael Quintana en una canción), encontraban maneras para enlazar los riffs percusivos y bailables con encrespadas armonías de jazz.
Parte del show fue dedicado a la memoria de miembros desaparecidos que alguna vez fueron miembros de la banda.
El Gran Combo de Puerto Rico homenajeó a Tito Puente (...)
El set de las Fania All Stars incluyó tributos a Pete Conde Rodríguez, con sus hijos Pete Jr. y Cita cantando algunos de sus viejos hits, y Héctor Lavoe fue personificado por Domingo Quiñones.

 

Patricia Vargas, de El Nuevo Día de San Juan (10/09/01), trae la noticia de que Eddie Palmieri está trabajando en la producción de un musical para Broadway:

Eddie Palmieri viajó este fin de semana a Puerto Rico para iniciar los ensayos de la obra, Murderous Instincts, que se presentará en Broadway el próximo año. En el musical, para la cual escribió tres temas, actuará junto a Lucecita Benítez y la India.
(...) Michael Phillip Mossman, director de la sección de jazz de Queens College, quien se encarga de los arreglos de las canciones de Palmieri y Alberto Carrión (unificándolas en un mismo estilo) quedó impresionado con la voz de Lucecita. “Ella no sólo tiene una voz enorme, sino que es muy intensa, es preciosa. De igual manera Eddie se sienta al piano y se entrega. Pienso que esta producción va a tener mucho éxito”.
(...) El ganador de seis Grammy, Eddie Palmieri, nos contó cómo llegó a involucrarse en el proyecto y a conocer al productor Manny Fox y la libretista, Cinda Fox. “Un día le contaba a mi abogado en Nueva York que quería escribir un libro para llevarlo al teatro con el nombre de Tarima, es la historia de mi madre y mi suegro. Ella una ponceña que se fue a Nueva York en barco en 1925 y levantó una familia, y él, un vendedor de tabaco pobre, que se convierte en el mejor vendedor de diamantes de la compañía Harry Winston. Lucas (el abogado) me habla de Manny, quien es hermano de Charlie Fox, que ha escrito famosas series televisivas como Love Boat y Happy Days entre otras, amigo de mi hermano Charlie”.
Manny Fox le propuso a Palmieri trabajar con él en la obra, junto Alberto Carrión y Cucco Peña, pero el músico lo rechazó porque entendía que la obra no entraba en su género. “Le dije, si es nuestro destino nos encontraremos para mi obra. Él me respondió, 'te voy a hacer una oferta que no vas a rechazar, tú trabajas conmigo en ésta y yo te ayudo con la producción de La Tarima' y me convenció”. Palmieri, no solamente va a interpretar a Mario, un pianista como él, sino que escribió dos canciones para Lucecita, tituladas, Dime y La flor del Caribe, ésta última en salsa para el cierre de la historia. También compuso Cuando se habla de amor, que cantará India, a quien Palmieri le produjo su primer disco en español en 1992, “Llegó la India, vía Eddie Palmieri.
(...) El famoso músico, está más concentrado en este momento en el mercado europeo, a donde viaja frecuentemente con su orquesta para presentar una combinación de Latin Jazz y salsa que ha gustado mucho en el Viejo Continente. Sin embargo, ya no quiere viajar tanto y se va a tomar tres años para dedicarlos al teatro, primero con Murderous Instincts y luego en su producción de Tarima.

 

A propósito de la muerte del pianista Frank Emilio Flynn -compositor entre muchos otros del tema Mondongo, sandunga y gandinga y fundador del Quinteto de música moderna junto a Guillermo Barreto y Tata Güines-, Mauricio Vicent, de el diario español El País, el 27 de agosto, escribe, en la nota El último swing de Frank Emilio:

El jazz latino ha perdido a uno de sus grandes pianistas y
fundadores, el cubano Frank Emilio Flynn, autor de melodías memorables del género y pionero en la introducción y fusión de los ritmos populares cubanos y la percusión en el jazz. Frank Emilio, que ha sido considerado por pianistas de la talla de Chucho Valdés como su maestro, falleció la semana pasada en La Habana a la edad de 80 años a causa de un infarto. Sería, sin embargo, un error recordarle sólo como un simple músico de jazz. Pese a ser ciego desde los 13 años, Frank Emilio era un pianista de sólida formación académica y un destacado intérprete de los clásicos. Esta versatilidad y su genio al componer e improvisar lo sitúan entre los grandes de la música cubana.
En la década de los cincuenta, Frank Emilio compartió escenario con destacados músicos norteamericanos que visitaban la isla para tocar en los clubes habaneros. Actuó entonces con los integrantes del trío de Sarah Vaughan y con Zoot Sims, entre otros, y en la última etapa de su vida fue redescubierto en Estados Unidos gracias a Wynton Marsalis, quien después de conocerle en 1998 en La Habana le invitó a tocar en el Lincoln Center de Nueva York por dos años consecutivos.
Hasta su muerte compaginó las descargas en locales de tradición jazzística como La zorra y el cuervo con la grabación de discos de diversos géneros: danzones, piezas pianísticas de Lecuona y un álbum magistral de jazz latino, Reflejos ancestrales, hecho para Blue Note (...).
El grupo revolucionó el panorama musical de la isla y fue la semilla de otra agrupación, Los Amigos, en la cual Frank Emilio experimentó la fusión del chachachá, el danzón, el mambo y otros ritmos populares cubanos.
Por esa misma época se vinculó al movimiento del feeling, que unió
bolero y blues de la mano de intérpretes como Omara Portuondo, César Portillo de la Luz y José Antonio Méndez, a quienes Frank Emilio acompañó durante la desenfrenada bohemia prerrevolucionaria (...)
Uno de los hitos en su carrera fue la interpretación del Concierto en fa, de Gershwin, con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, para lo cual otro importante músico cubano, Armando Romeu, aprendió braille para traducirle las partituras.
(...) Fue autor del libro en braille gracias al cual durante años los
invidentes han estudiado música en la isla.