Entre los proyectos que maneja la gente del sello discográfico que tiene como slogan The Finest Latin Jazz, está la apertura de un local, Calle 54, en el Paseo de La Habana de Madrid. Fernando Trueba, Javier Estrella, y Lola Records proyectan para el próximo invierno estrenar el escenario de este nuevo local y pretenden traer a él las estrellas de la película Calle 54 y el resto del mejor jazz latino. Tendrá pista de baile, restaurante y una sala de proyecciones para 50 personas, donde se exhibirán clásicos del cine. Así que, nuevamente, esta vez en un local de Madrid, jazz latino y cine se dan la mano guiados por Fernando Trueba.
(Ver entrevista con Javier Estrella)
 
 

Vitín Paz, el insigne trompetista admirado por trabajos como el que desempeñó en varios álbumes y varias épocas con Eddie Palmieri entre muchos otros -como Chico O'Farril, Tito Rodríguez, Mario Bauzá, el disco y el play de Broadway, Cats-, entrevistado en el website Oasis Salsero, declara:

"Para mi gusto - y hablando musicalmente - la orquesta siempre ha sido Eddie, Eddie Palmieri. Eddie y sus trombones - José (Rodrigues) y Barry Rogers. (...) Eddie es agresivo cuando se sienta en el piano; allí es donde él demuestra su ego y su vaina. Pero, aparte de eso, él es muy modesto, muy humilde.
(...) A Barry (Rogers) yo le tenia mucha estimación... y mucha admiración. Mucha admiración por su condición musical. Él estaba medio cuatriboliao (=loco), tú sabes. Siempre cargaba un frasco de mayonesa, lleno de una cosa verde, extraña. Eso es lo que él comía. El tipo era muy disciplinado con su música, muy pendiente, muy de todo.
(...) Eddie y yo siempre estábamos metidos en una cantina, tomando brandy y cerveza. Pero lo que pasa con Eddie, es que Eddie es un tipo inteligente y tiene tremenda musicalidad. Y él también estudiaba con un señor, que ya murió, que era tremendo. Por eso es que la gente cree que Eddie está adivinando lo que está tocando. Por eso es que las cosas de él suenan diferentes. (...) En aquel tiempo la orquesta sonaba bien duro. Duro me refiero no a volumen, sino a ajuste. Siempre bien ajustada, buenos músicos. Nada de eso de tocar con una mano... nada de esas cosas.

El prestigioso crítico musical Eliseo Cardona, publicó el 13 de junio de 2001 en El Nuevo Herald de Miami, una nota sobre el concierto denominado Los originales maestros cubanos. Reunidos por el promotor Horacio García y dirigidos por el trombonista Juan Pablo Torres. Entre otros, el escenario del James L. Knight Center de Miami, lo llenaron Patato Valdés (congas), Adalberto Trompetica Lara (trompeta), Walfredo de los reyes (batería), Rudy Calzado (voz), Chocolate Armenteros (trompeta), Alfredo Valdés (piano) Alfredo Rodríguez (piano) y Cachao (contrabajo). Este encuentro sirvió también para la producción de un disco que se comercializará próximamente.

(...) Se trataba de un público ávido de reconstruir recuerdos o, en el caso de los más jóvenes, de confirmar lo que no se cansan de pregonar sus mayores: en décadas anteriores a la revolución, el mundo se llenó de músicos cubanos pioneros, gente curtida por el exilio, cuando no por el olvido, abierta a las inevitables influencias en esos encuentros con otros músicos, pero agarrada con celos a una rica tradición musical que, la verdad obliga, se desarrolló tanto dentro como fuera del país cubano.
(...) Una convocatoria digna de un espectáculo memorable que, lamentablemente, no mostró grandes cumbres emocionales, sino más bien apreciables cabos sueltos que deslucieron en algo el todo; y que sólo pueden explicar la premura o la falta de una mejor organización.
Para empezar, si bien el programa tenía el carácter de una descarga, cuyo propósito era presentar los temas que el grupo había registrado algunos días antes en un estudio de grabación, el tono espontáneo --o eso que Juan Pablo Torres llamaba en todo momento un ensayo general-- se convirtió en su encanto y su cruz. Encanto por lo que tuvo de viaje musical sin preparativos; cruz por la ausencia de momentos contundentes.
(...) Merecidamente, algunas intervenciones fueron recibidas con entusiasmo. Un Santa Cecilia epidérmico; los solos elegantes y majestuosos de Chocolate Armenteros; un evocador popurrí de clásicos despachado con maestría por los pianistas Alfredo Rodríguez y Alfredo Valdés; la sugerente flauta del maestro José Fajardo.
Nada que no pudiera superar el siempre titánico Israel Cachao López, cuyo danzón Buena Vista Social Club asaltó los
sentidos de los presentes. Verlo tratar el bajo como si el instrumento hubiera sido creado para su temperamento de músico artesanal, le sumó puntos a una propuesta que, de veras, se debió ensayar mejor. Nada, un tantito.

 
 

Ramón Surio, en La Vanguardia de Barcelona, del 19 de mayo de 2001, reseña la presentación en Barcelona del pianista Omar Sosa junto con su sexteto en la sala Luz de Gas:

Se supone que ahora todo lo que huela a cubano arrasa, pero ahí está la extensa e inédita obra del pianista Omar Sosa como vergonzosa excepción.
Esperemos que gracias a Prietos (Otá-Karonte), su octavo disco hasta la fecha, y sobre todo gracias a un directo tan sólido como el ofrecido en su debut en nuestros escenarios (...) la cosa tenga remedio.
Sosa es cubano porque así lo indica su partida de nacimiento y también por su devoción santera, pero su música va mucho más allá. Su fusión es de tal amplitud de miras que, de buenas a primeras, exige una buena predisposición para comprenderla en todo su complejo entramado. Pero eso es así sólo hasta que se tiene la oportunidad de escucharlo en directo; entonces es mucho más fácil darse cuenta de la dimensión de este músico.
(...) Y quizás lo de menos sea su dominio del piano, puesto que lo que realmente impresiona es ver cómo ejerce de líder, capaz de galvanizar a unos músicos que parecen poseídos por su magnetismo.
El pianista dice que no es él quien controla su música y que antes de actuar no sabe lo que va a pasar en el escenario. Oyendo la transformación de temas como Elegguá -de los cuatro minutos del disco al cuarto de hora que duró en Luz de Gas- se puede pensar que se trata de una "jam" improvisada, pero todo está tan sincronizado, tan lleno de "feeling", que parece imposible. Y lo mejor es que su música no lo tiene a él como solista y al resto de los músicos como acompañantes, sino que es un magma fluido donde cada elemento resulta imprescindible: los fraseos rapeados son tan fundamentales como la voz yoruba; los solos de saxo como el "beat" primordial de la batería; el tumbao del piano como el latido del contrabajo.

Quien no lo haya apreciado en concierto y viva cerca de alguna de las siguientes ciudades o esté ahí en el verano, tiene la oportunidad de hacerlo en:

*Julio 4 Atlantis, Basel, Suiza
*Julio 6 Lugano Estival Jazz 2001, Lugano, Suiza
*Julio 7 Traumzeit Festival, Duisburg, Alemania
*Julio 9 Nuits d'Afrique, Montreal, Canadá
*Julio 10 Atlantic Jazz Festival, Halifax, Canadá
*Julio 11 Festival d'ete International de Quebec, Canadá
*Julio 12 Festival d'ete International de Quebec, Canadá
*Julio 14 Palatia Jazz, Landau, Alemania
*Julio 24 Les Fenals, Fitou, Francia (dúo con Gustavo Ovalles)
*Julio 26 Festival des 5 Continents, Marsella, Francia
*Julio 28 Festival de Cornouaille, Francia
*Julio 29 Tempo Latino, Vic Fezensac, Francia
*Agosto 1 l'ete Frappe, Grenoble, Francia
*Agosto 2 Spoletto Festival, Spoletto, Italia
*Agosto 3 Avignon Jazz Festival, Avignon, Francia
*Agosto 5 Evora, Portugal
*Agosto 8-12 Tempodrom, Berlín, Alemania
*Agosto 24-25 TLG, Tokyo, Japón

El asunto de la globalización también se nota en la música. Chile, un país que nunca había sido cautivado por la música afrocaribeña, más allá de los bailes, donde se consideraba cumbia todo lo que sonara al ritmo del tambor, es una muestra de este fenómeno. Cada vez son más frecuentes las informaciones sobre el tema y desde hace por lo menos una década, las salsotecas de Santiago han popularizado esta música. En El Mercurio, el 27 de mayo de 2000, Gabriela Bade, da una muestra del interés que puede generar la salida al mercado del disco de Cachaíto o el descubrimiento del rap cubano a través del grupo Orishas:

(...) El punto de partida para ambas propuestas es claro: no se puede seguir explotando el sonido de Buena Vista Social Club a secas. Hay que ampliar miradas.
Uno: Cachaíto Jam.
Cachaíto López, bajista del colectivo Buena Vista, atesora en su forma de tocar el bajo la herencia de una de las familias musicales con más linaje de Cuba, la de los López, que tiene al gran Cachao, su tío, como máxima expresión. Cachaíto quiso cambiar. Ir más allá del folclor y de la tradición, llegar al tiempo en que su padre acuñó el término "descarga" como definición de las improvisaciones en bajo. Al teléfono desde Nueva York explica: "Nosotros tocamos "descarga", como la de los años 50, porque la idea era romper un poco con el sonido de Buena Vista". Con 71 años está más interesado en tocar que hablar. Por eso cede a su amigo y compañero en las congas, Miguel Angá Díaz, la palabra: "En Cuba siempre ha existido el concepto de jam session. Los músicos se reunían a tocar e improvisar; ahí se producía la "descarga". Para traerla al año 2001 tienes que ponerle ingredientes de ahora, como un DJ".
(...) Una de las claves del elepé fue la grabación, a la antigua. Angá Díaz lo explica: "Todo está en vivo. No hay cortes no hay nada. Es un laboratorio sin química. Fue grabado en Cuba, con el sonido de los viejos estudios de La Habana".

 
 

El bajista John Patitucci, que grabó con Danilo Pérez el disco Motherland de este último, se presentó en Buenos Aires como parte, junto con Pérez, del trío de Roy Haynes. Entrevistado por Sandra de la Fuente de el diario Clarín de Buenos Aires (31/05/01), entre otras cosas, habla sobre el bajo, el más reciente disco con Haynes y sobre el jazz y las compañías discográficas:

(...) - En el disco que presentarán en Argentina se escucha un cambio de roles: por momentos Danilo Pérez trabaja en la sección rítmica mientras usted y Roy Haynes parecen construir una línea melódica.
- Roy Haynes es uno de los maestros en esto de hacer melodías con la batería. Es único en la historia. Tiene 66 años, tocó con todo el mundo y en general la gente de su edad tiene un sonido más tradicional pero él siempre sonó actual o, mejor, siempre sonó adelantado a su tiempo.
(...)- ¿No cree que los solos se han transformado en una exposición de virtuosismo?
- No, creo más bien que la crítica ha construido esa idea. John Coltrane en los años 60 tocaba los solos más virtuosos que uno pueda imaginar. La historia no está de acuerdo con esa teoría.
(...) - Entonces, ¿usted no cree que el jazz necesite una renovación?
- El jazz sólo necesita seguir creciendo. Creo que el negocio del jazz debe renovarse. La forma en que las discográficas operan impide que la música crezca.
- ¿Por qué?
- Porque en general la agenda de las discográficas es más comercial que artística: empujan a una cantante que tal vez no está preparada pero que, por el hecho de ser cantante, graba antes que un saxofonista excelente.
Conozco cantantes maravillosas a las que la industria discográfica descarta para quedarse con algunas rubias llamativas que cantan muy mal.

 
Jaime Torres Torres de El Nuevo Día, de San Juan, (27 de mayo de 2001), entrevistó a Chucho Valdés a propósito de su participación en el Heineken Jazz Festival realizado en San Juan, Puerto Rico:

¿Qué proyectos discográficos tiene en agenda?
Lo próximo es una grabación con mi cuarteto, basada en música nueva. Voy a completar y presentar otro disco sólo a piano porque considero que aún tengo mucho que expresar como solista. Luego tengo planes de grabar con Irakere.
(...)– Aparte del nuevo disco de Irakere, ¿cuándo sale su ópera Obatalá?
Ya la terminé. Lo que estamos esperando es entrar al estudio a grabarla. Es una historia de la raza africana en la música cubana y grabaremos con Plácido Domingo, el coro Exaudi, y la soprano Rosa Marquetti.
– Su intervención en la producción Havana del grupo Crisol del trompetista Roy Hargrove fue reconocida con un Grammy. ¿En qué, a su entender, radica su trascendencia?
– Es fantástico porque fue como repetir la historia de los años 40, cuando Dizzy Gillespie se conectó en Cuba con Chano Pozo. Havana es un gran aporte al género.
(...) – ¿Cómo ve el jazz latino alrededor del mundo?
– Está muy fuerte en este momento. No tiene que ver nada con el "boom" del Buena Vista Social Club. Está fuerte por sus propios méritos.
– ¿Considera que el filme Calle 54 le ha hecho justicia a los exponentes del género?
– Es una obra de arte. Me siento ciento por ciento satisfecho. Ahí está Tito Puente con lo último que hizo. Es un documento para las futuras generaciones y digno de la atención de los amantes de la música en general.
(...) –¿A qué atribuye que la bomba y la plena no hayan sido desarrolladas al máximo?
– A la falta de visión de sus exponentes. Pero ocurre algo interesante con la propuesta de David Sánchez. Es tremendo. David usa elementos de su folclor en muchas cosas y ha logrado un trabajo buenísimo, como el de William Cepeda. Puerto Rico es una fuente musical y un país de un caudal tremendo. Sus compositores históricamente han dejado huellas.
(...) –¿Hacia dónde se dirige la música caribeña?
– La música caribeña y la latina están tomando un lugar muy importante en el mundo. Es música de una fuerza rítmica incomparable, que amenaza con arropar al mundo.

 
 

Entrevistado por Esteban Linés, de La Vanguardia de Barcelona el lunes, 11 de junio de 2001, David Byrne -en gira promocionando su último álbum, Look into the eyeball- habla acerca de la World Music y de Rei Momo, su disco con ritmos latinos:

-(...) ¿Los críticos también tienen la culpa cuando dicen que usted es uno de los impulsores de la música de raíces, de la world music?
-Absolutamente; odio ese término porque es ofensivo e inexacto. La música pop y rock tal como la entendemos en Occidente tiene ejemplos igual de espléndidos en cualquier parte del planeta; diría que incluso mucho más interesantes. Pero con esa etiqueta se les está relegando a un terreno cercano al parque zoológico, y estamos hablando de Los Fabulosos Cadillacs, de Carlinhos Brown o de Los Tigres del Norte mexicanos. Y es totalmente inexacto, porque no tiene sentido que discos de gente como Selena, Ricky Martin o Los del Río, al menos en Estados Unidos, se vendan junto a los sonidos de tribus tailandesas. La world music no es más que una etiqueta que ofende, provoca confusión y puede acabar metiendo en un gueto a toda una serie de músicas que necesitan respirar en Occidente con identidad propia.
-En sus últimos discos, la onda latina con que se atrevió en Rei momo ha desaparecido. Fue una de sus mejores giras.
-Sí, pero una gira desastrosa para mí. En Estados Unidos, esa crítica de la que hablábamos me crucificó porque decidió que los terrenos salseros en los que me había metido no eran los míos.
-¿Por qué no se involucra más en la música española? Tiene una empresa discográfica en la que prácticamente hace lo que le da la gana.
-Sí, tengo libertad, pero entiendo que hay otras prioridades. En España, aunque no quiera, soy profesionalmente un aficionado más. Porque sé que me gusta mucho Enrique Morente y bastante menos Paco de Lucía: ¿usted cree que un escocés afincado en Nueva York tiene algo que cortar?

La prestigiosa revista Jazziz publicó el pasado mes de abril un grupo de trabajos especiales dedicados a Cuba. Shades of Cuba. Desde los ricos y urbanos sonidos de La Habana a las melodiosas vibraciones de Santiago se titula el reportaje que incluye fotografías de Patrick Farrel y del propio Mark Holston, crítico de jazz latino de la revista, una crónica de Larry Blumfeld sobre Chucho Valdés y la música cubana, otra de Mark Holston sobre Santiago de Cuba, The Beat of a Distant Drum; una amplia reseña sobre Calle 54, Shooting Claves de Larry Blumfeld, y una nostálgica nota de Eliot Tiegel, Resounding Still, sobre el Havana Jam, evento realizado en la capital cubana en 1979 donde participó gente de la talla de Dexter Gordon, Stan Getz, John McLauglin, Weather Report con Jaco Pastorius y Wayne Shorter, Fania All Stars, Orquesta Aragón, Willie Bobo, Frank Emilio Flynn e Irakere entre muchos otros. Tiegel anuncia que se está preparando un DVD con el material filmado en aquella ocasión y que nunca tuvo difusión pública.  
 

Recientemente se estrenó en las principales ciudades de Estados Unidos la película de Fernando Trueba, Calle 54.
La crítica, a pesar de una u otra disidencia en relación con la película, ha aclamado de manera unánime la calidad musical de los músicos participantes y la selección que hiciera Trueba:

En efecto, el público estalla en espontáneos aplausos en varias ocasiones durante la película. La música de la película es tan electrizante que el CD debería estar a la venta a la salida del cine. (Boston Herald)

Desafortunadamente, Calle 54 ofrece sólo una muy rápida información sobre sus protagonistas. (CNN)

Trueba nos muestra el acto creativo de hacer música, no un manojo de actuaciones folklóricas. (Seattle Time)

 

A propósito de el estreno de Calle 54 en Estados Unidos, Fernando Trueba declaró al columnista de jazz Errol Nazareth los siguiente:

Creo que la gran contribución de los latinos al jazz ha sido reencontrar la vida, el disfrute y la energía que el jazz nunca debió haber perdido. Además, los latinos le han dado al jazz una infinidad y complejidad de ritmos proveniente de su amplio espectro musical.

 
 

Parece un buen momento para la música en el cine.
Otras tres películas llenas de música caribeña también andan buscando su espacio para ser exhibidas. De Canadá, Spirits of Havana, protagonizada por Jane Bunnet y dirigida por Bay Weyman y Luis O. García. De Argentina, Van Van, empezó la fiesta, de Liliana Magure y Aarón Vega. Y de Estados Unidos, Cómo se forma una rumba de Iván Acosta.
Sobre Spirits of Havana, que es un recorrido a través de parte de la riqueza musical cubana -presenta a Los Muñequitos de Matanzas, a Los Naranjos y a un All Stars preparado para la ocasión, con Tata Güines, Pancho Quinto, Papi Oviedo, Guillermo Rubalcaba y Ernesto Gatell, Ejazznews.com publica un recuento de algunas reseñas de la prensa especializada sobre el film:

"... una película documental llena de memorables imágenes y magnífica música. Ver a Jane Bunnett y al Grupo Vocal Desandann haciendo música trascendental juntos, se puede anotar como una alta referencia personal."
- Errol Nazareth, The Toronto Sun

"Si le gusta la música cubana, no se pierda este documental!"
- Melore Koepke, Hour Magazine, Montreal

"... material crucial de archivo (...) Una obligación para los fanáticos de Buena Vista."
- John Griffin, The Gazette, Montreal

www.janebunnett.com/spirits/intro_flash.htm

 

Sobre Van Van, empezó la fiesta, Oscar Peyrou de la agencia EFE (29/04/01) escribió:

(...) Van Van refleja la historia de este famoso grupo; sus éxitos, fracasos y controversias, desde el momento en que celebró su 30 aniversario con una gran fiesta en La Habana hasta el polémico concierto en Miami y la emocionante noche de la victoria en que obtuvo un premio Grammy. La argentina Liliana Mazure y el cubano Aarón Vega narran con gran soltura la trayectoria del grupo.
El filme se inicia en La Habana el 4 de diciembre de 1999: cien mil personas vibran en el malecón la noche de Santa Bárbara Shangó frente al escenario junto al mar donde la banda despliega su poderío musical.
Mientras se desarrolla el "show", el fundador, compositor y líder del conjunto narra su historia al tiempo que prepara la comida para otros artistas y músicos cubanos de los que es protector y guía. A partir de ese momento, se construye esta crónica sobre varias generaciones de músicos, sus aportaciones y los conflictos que los unieron y separaron.
El documental oscila como un péndulo entre Miami y La Habana, entre la protesta que degenera en violencia y la fiesta de los Grammy, con el ritmo y el baile siempre presentes.

 
 

Y sobre Cómo se forma una rumba, Alejandro Ríos, de El Nuevo Herald de Miami (01/03/01) publicó:

Iván Acosta, autor de la obra teatral El super, argumento original de la película homóloga, se pone el sombrero de one man show para escribir, dirigir y producir Cómo se forma una rumba en el formato tradicional de entrevistas y segmentos ilustrativos, que se reparten conocedores del tema y afamados intérpretes, respectivamente.
(...) el documental sirve de escenario a descargas, ensayos y disertaciones a cargo de verdaderas autoridades en el tema, desde la ciudad de Nueva York como santuario. Tocan, cantan y conversan, entre otros, Chico O'Farrill, Art Farmer, Juan Pablo Torres, Israel Kantor, Alfredo Valdés Jr., Horacio El Negro Hernández, José Fajardo, Malena Burke, Ulises del Toro,
David Oquendo, Armando López, Aguedo Valdez Luna, Vicente Sánchez, Cándido Camero, el dúo Carlos y Marta, Paquito Hechevarría, Aryan Vásquez, Chichilita y la orquesta Super Son Cubano.
La nómina revela una voluntad inclusiva del director para integrar este coro polifónico (...) sin atender prioridades generacionales o méritos extra culturales, aunque se hagan algunas referencias a la división que signa el destino de artistas en una u otra orilla del dilema político cubano.
El resultado es un mosaico sonoro donde coinciden recuento, historia, anécdota, mística, cancionero, bailable, complejidad, bolero, trayectoria, vericuetos, trova, desafíos, feeling, clásico popular, fascinación, en fin, por el más grande regalo que el arte de la isla haya dispensado a la cultura universal.