El interés del público tradicional del jazz sobre el jazz latino va en aumento. Para muestra está la edición de diciembre de 2000 de la prestigiosa revista Jazztimes. Publica una importante cantidad de reseñas sobre álbumes con base afro caribeña: Motherland de Danilo Pérez, E Music de Pete Escovedo, Live at The Blue Note de Paquito D'Rivera, Spain de Michel Camilo y Tomatito, Tribute to the Masters de John Santos y el Machete Ensemble, Mardi Gras Mambo del Cubanismo de Jesús Alemañy, H2O de Francisco Aguabella, Live at the Village Vanguard de Chucho Valdés, A Night in Tunisia del trío de Arturo O'Farril, y Best Kept Secret de Ralph Irizarry y Timbalaye. Cerca de un 10% del total de reseñas.  
 

En la revista Rhythm de diciembre de 2000, Marie Elsie St Léger publica un interesante reportaje sobre Orlando Maraca Valle, el flautista cubano que desea rescatar el espíritu de las descargas de finales de la década de los cincuenta lideradas por Cachao. Además de aportar algunos datos biográficos como su debut a los 16 años con la banda de Bobby Carcassés, para después incorporarse al grupo de Emiliano Salvador y posteriormente a Irakere, se destaca:

El jazz tiene mucho en común con la música cubana (...) Comparten las mismas progresiones rítmicas y melódicas, las mismas raíces africanas. En el jazz hay libertad para el desarrollo de los acordes. En Cuba son los ritmos los que han progresado. Se complementan el uno con el otro.

 

The New York Times tiene publicado en su website un reportaje especial, Salsa: Made in New York sobre ese movimiento que identificó al latino con la ciudad de Nueva York. Entre otras hay una entrevista a Johnny Pacheco en Real Audio, introducida de la siguiente manera:

Johnny Pacheco ha sido una figura clave en la música latina en Nueva York durante casi medio siglo. Nacido en 1935, llegó a Nueva York desde República Dominicana en 1946. Todavía como adolescente en la década de 1950 participó en grupos con Charlie Palmieri y otros. Durante los sesenta ya Pacheco era reconocido como un gran flautista, líder de banda y difusor de la charanga, un tradicional estilo de música cubana que ejecutan bandas compuestas por flauta, piano, violines, contrabajo y percusión. Con la edición de su disco en 1961 "Pacheco y Su Charanga," obtuvo un récord de ventas, más de 100,000 copias, y gran popularidad.
Poco después de dejar Alegre Records, fundó, junto a Jerry Masucci, la influyente Fania Records. El primer disco editado por la compañía, en 1964, fue uno del propio Pacheco "Cañonazo," con el cantante Pete Conde Rodríguez. Durante la siguiente década, Pacheco estuvo en el centro del éxito de Fania como músico, líder de banda, productor y director musical en muchos de los proyectos de la discográfica. Además de los trabajos con los artistas de Fania ha tocado en discos con Tito Puente, George Benson, Eroll Garner, Kenny Burrell y David Byrne, entre otros. Su carrera continúa todavía como líder de las Fania All Stars y su propia banda. (La entrevista, en inglés, se puede oír en http://www.nytimes.com/library/music/102400salsa-pacheco.html)

 
 

Durante la celebración del XIX Festival Internacional de Jazz Plaza 2000 fue entregado el II Premio SGAE de Jazz Latino. El ganador fue el pianista y compositor catalán Lluís Vidal con la obra Racatika.
El primer premio estaba dotado de 10.000 dólares -cerca de dos millones de pesetas-.
Entraron en competición 62 piezas inéditas de compositores de 11 países iberoamericanos entre los que estaban Argentina, Brasil, Bolivia, Cuba, España, Guatemala, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
El jurado estuvo integrado por Chucho Valdés, Gato
Barbieri, Danilo Pérez, Giovanni Hidalgo y Max Sunyer.

 

Sobre el festival de La Habana, el diario madrileño El Mundo, el 18/12/00 agrega:

El XIX Festival Internacional de Jazz Plaza 2000 bajó ayer domingo el telón con una gala de clausura en la que Irakere y Chucho Valdés volvieron a protagonizar los mejores titulares, junto a ilustres invitados cubanos como los percusionistas Changuito y Tata Güines. (...) la última jornada del festival contó con la participación del guitarrista valenciano Ximo Tebar, tres instituciones orquestales cubanas, Juan Formell y los Van Van, Klimax y NG La Banda de José Luis Cortés El Tosco, y una revelación pianística, la del cubano Tony Pérez -«mi gallo entre todos los gallos», según el maestro Chucho Valdés-.

 
 

El 2000 dejó algunas desgraciadas noticias en el ambiente de la música latina. Tito Puente, Pete Conde Rodríguez, Yayo El Indio, Martin Arroyo, Tito Gómez y Johnny Rodríguez fallecieron este año después de haber dedicado sus vidas a la música caribeña. Afortunadamente dejan sus discos y recuerdos, sus melodías y percusiones.

Luis Perico Ortiz regresa, muy bien acompañado, con nuevo disco (Jamming, para el sello AJ Records). José Rodríguez y Marjorie Aponte de El Nuevo Día, el 15/12/00, reseñan lo siguiente:

El veterano trompetista, arreglista y compositor señaló que hacía veintitrés años que este grupo de músicos no entraba al estudio a grabar con él otra vez. Domingo Quiñones, Papo Lucca, Bobby Valentín, Cachete Maldonado, Endel Dueño, Sammy García, Elías López, Rafi Torres, Miguel Rivera y Jorge Díaz son algunas de las estrellas que brillan con sus notas en esta combinación de cuatro temas inéditos y cuatro composiciones del repertorio de Luis Perico.
(...) "Aquellos que conocen mi trayectoria artística saben de antemano lo que van a recibir de nosotros en este álbum. Estoy pasando por un momento un poco nostálgico en mi vida y los recuerdos se recrudecen con la reciente partida de grandes amigos... El fallecimiento de Tito Puente me motivó a componer Hay fiesta en el cielo, un tema en el cual celebro su vida a través de la música con ricos elementos de timbal gracias a las certeras y extraordinarias interpretaciones de Endel Dueño. Estoy muy contento y satisfecho con el sonido que logramos. Siempre le entrego lo mejor a mi público, no soy de los que hacen discos con el único propósito de vender porque entiendo que cada producción es un legado musical repleto de emociones que presento con mucho respeto y el grado más alto de profesionalismo" (...)
Jamming -o descarga- es una interesante, sabrosa y rítmica convivencia musical de dos géneros muy queridos, la salsa y el jazz latino. "El concepto se remonta a las décadas de los 60, 70 y 80 cuando las descargas comenzaron a popularizarse en la ciudad de Nueva York. La idea de combinar la salsa con el Latin jazz e integrar voces se materializó por primera vez en el famoso club de Manhattan el Village Gate. (...) Así que Jamming recoge el sonido refrescante de cuatro piezas que fueron concebidas hace veinte años en un formato análogo, pero ahora fueron digitalizadas. Éstas corresponden de manera natural a los cuatro temas nuevos. Es una forma de plasmar mi recorrido como instrumentista y arreglista en donde se percibe mi estilo definido", expresó Ortiz.

 
 

Reseñando lo acontecido en el festival Strictly Mundial, celebrado en Zaragoza, España, el pasado mes de noviembre, Marta García, de la revista World Music en la edición de Diciembre de 2000, escribe:

... cuando Pancho Amat sale al escenario el sonido del tres inunda la gran sala, perfecta técnica y gran escenografía (...) junto a su grupo El Cabildo del Son hacen las delicias de un público entre el que se encuentra Alfredo De La Fé y su banda que se les ve disfrutar de lo lindo con Panchito. Poco más tarde saldría Alfredo al escenario dispuesto a comerse al público. Si bien su disco suena potente, el directo fue todavía mejor. (...) El concierto se convirtió en una auténtica fiesta en escena cuando en medio de la canción Muñeca presentaron al pianista César Correa, que se mantuvo improvisando melodías bajo la base rítmica de sus compañeros, casi diez minutos (...) en una bonita lección de lo que significa buen hacer y maestría al piano además de gran escenografía.
(ver entrevista a Alfredo De La Fé) (Ver reseña del disco de San Antonio a Maisí de Pancho Amat)

Los integrantes de Caribbean Jazz Project, Dave Samuels, Steve Kahn y Dave Valentín, ante la pregunta de Pat Cole de la revista Down Beat, en la edición de diciembre de 2000, acerca de qué música les llama la atención en la actualidad, responden:

Dave Valentín: Acabo de volver de Cuba y ver al pianista Tony Pérez (con Irakere). Realmente me impresionó.
Steve Kahn: Yo estoy escuchando a los veteranos. La manera en que Willie Bobo tocaba; podía hacer tantas cosas. No creo que los jóvenes entiendan lo increíble que fue como músico. Sabía todo acerca de la clave y lo relacionado.
Dave Valentín: la primera vez que me encontré con Steve fue en un avión y todo lo que escuché de él fue acerca de esta música vieja. Así comencé a escucharla en mi casa. Aprendo mucho de ella. Cada vez que la oigo suena mejor y mejor. (...)
Dave Samuels: Y no se trata sólo de escuchar a los músicos de antes. El asunto es también tomar los elementos de una determinada forma e improvisar con ellos. Aprender a interactuar, reactivar y llevar, en una conversación musical, y no sentirte dentro de una camisa de fuerza musical.

 

Eliseo Cardona publicó en El Nuevo Herald de Miami (19/12/00) un artículo reseña sobre el pianista cubano Ernán López Nussa y su nuevo disco From Havana to Rio:

(...) Respaldado por músicos de primer orden --del lado cubano: Jorge Sagua (bajo), Emilio del Monte (timbales), Tata Güines (congas), Pancho Terry (percusión) y Haydeé Milanés (voz); y del brasileño: Ovidio Brito, Marcelino Moreira (percusión brasileña), y Guinga (guitarra)--, López Nussa exhibe los rasgos que lo han convertido en un verdadero maestro del instrumento. Un músico imaginativo que, sin apartarse demasiado de su formación clásica, se muestra cosmopolita en toda regla.
El arte de la improvisación y ese empeño en conectar las expresiones populares de Cuba y Brasil (danzón, baiao, samba, contradanza, cha cha chá) están al servicio del disco. Pero en contraste con otros pianistas de la isla, sobre todo aquellos afectados por la epidemia de las destrezas olímpicas en el vocabulario rítmico y armónico, López Nussa sobresale por un pianismo melódico, inclinado hacia a las sugerencias de las narración. (...)
Cierto que sus composiciones (especialmente Reencuentro, Isla y Fin de baile) se destacan por romper las manidas fórmulas del jazz cubano, pero su versión de Sophisticated Lady, el clásico de Duke Ellington, es capítulo aparte. Reinventado como un danzón cubano, el tema adquiere una belleza insospechada: mezcla de elegancia y ternura como pocas. Es como si viejo Ellington la hubiera compuesto durante una tarde habanera, tomando café y observando lo que es de observar.

 

Entre los conciertos más resaltantes del Festival de Jazz de Barcelona que acaba de finalizar estuvo, sin duda, la presentación del pianista Bebo Valdés. Acompañado de Patato Valdés en las congas, Joe Santiago en el bajo, Rikard Valdés en el timbal y Enrique Fernández en la flauta, este maestro de la música cubana paseó al Palau de la Música Catalana por las composiciones clásicas cubanas, ofrecidas desde su modestia y alegría por lo que hace. Valdés, en una muestra de verdadero conocimiento, tocó piezas de Lecuona, Saumell, Matamoros, Farrés, Guerra, entre otros, además de algunas composiciones propias como Pan con timba o Al Dizzie.
Lágrimas negras,
Negro de sociedad, Son de La Loma, Lamento cubano... y hasta una habanera, esa forma musical desarrollada en Cataluña con raíces cubanas, desfilaron en dos emotivos sets donde Bebo y Patato, en buena compañía, mostraron que el asunto no está en llenar de notas un auditorio, sino en escogerlas bien. Una clase de maestría, clasicismo y entusiasmo. ¡Bravo!

 

Pancho Amat, el tresero cubano que acaba de terminar una gira de promoción de su disco con el grupo El Cabildo del Son, De San Antonio a Maisí, declara a Carlos Galilea de el diario El País de Madrid:

Pancho Amat admite que se trata de "un instrumento modesto". "Las cuerdas están tan tensas y separadas que no se hace dócil para las escalas; a la hora de sugerir armonías te puede hacer tríadas nada más y tiene un ámbito melódico reducido. Así que hay que echarle imaginación para poder proponerse cosas de más vuelo". Eso consiguieron Isaac Oviedo, Arsenio Rodríguez o El Niño Rivera. "Hay que remitirse obligatoriamente a ellos. Lo mismo que un pianista que quiera tocar Debussy tiene que saber tocar primero Bach y haber pasado por Mozart, Rachmaninov y Chopin. Hay que ver qué hicieron los maestros y luego aportar lo tuyo". (...)
Pancho Amat lleva gente joven en su Cabildo del Son: "Quiero mostrar que la música cubana tiene una continuidad. Donde no hay viejos no hay historia ni sabiduría ni experiencia. Pero donde no hay juventud no hay desarrollo, no hay futuro, no hay esperanza. No se puede uno detener en una generación porque los elementos que le dieron talla a la música cubana, cuando no había escuelas, están vivos. La gente los lleva dentro"
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